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Las dos caras del sol: beneficios y riesgos de la exposición

Por un lado es saludable, mejora el ánimo y nos fortalece, pero por el otro favorece la aparición de un peligroso cáncer de piel. A continuación te contamos la importancia de tomar conciencia sobre este tema, lo bueno, lo malo y unos consejos a tener en cuenta

Por Redacción

24 de febrero, 2023 - 13:57

Ya comienzan a hacerse notar los días lindos, calurosos y el sol empieza a tomar protagonismo, junto con las actividades al aire libre. La presencia de luz solar colabora con una mejora en el ánimo de las personas y la exposición se acrecienta en esta época donde se muestra más piel, se utiliza menos ropa y la mayoría le teme a "estar blanco". La moda y la cultura del bronceado no muere durante el año y se ve reflejada en la vigencia que continúan teniendo las camas solares.

Si bien el sol es fuente de vida, lo cierto es que todo en exceso es malo y esto no es la excepción. Las consecuencias son en su mayoría mortales pero no se visualizan de inmediato, llevan un proceso y un tiempo para desarrollarse, pero aparecen 15 o 20 años después, cuando ya queda poco por hacer y el final se ve inalterable. El cáncer de piel ha ido creciendo y es uno de los más comunes hoy en día, especialmente el melanoma. 

En los últimos días, se viralizó un tweet de Miguel Granados hablando sobre este tema y comentando su horrible experiencia con el sol, que terminó con la vida de su mamá producto de un cáncer de piel fulminante. Las redes sociales explotaron con este hilo y se abrió el debate sobre la exposición.

 

 

Todo esto nos lleva a concientizar sobre el tema cuando ya estamos adentrándonos en los días soleados y a tomar realmente noción de lo que la exposición prolongada puede generar en el organismo. 

 

Consejos útiles y datos a tener en cuenta 

Para que la práctica de tomar sol, o simplemente la exposición, no nos resulte perjudicial para la salud, debemos tener en cuenta ciertos aspectos que nos ayudarán a prevenir y a no lamentar una enfermedad el día de mañana:

  • Los rayos del sol no nos afectan de igual manera durante todo el día: la incidencia en nuestro cuerpo es mayor desde las 12 a las 16 horas, ya que el sol se encuentra perpendicular a la tierra y la radiación es mucho más elevada, por lo que causa más daño. lo que causa más daño en la piel.
  • Los primeros días de exposición se recomienda de 15 a 20 minutos, luego se puede ir aumentando el tiempo progresivamente, pero nunca superar las 2 horas.
  • Las personas rubias o pelirrojas y de piel clara o pecosa son más sensibles al sol, por lo que deben estar más atentos a la protección.
  • Es importante utilizar una crema protectora especial para niños de hasta 14 años, ya que su piel no es igual a la de un adulto y necesita mayor cuidado.
  • Es fundamental que los padres den el ejemplo y le transmitan a sus hijos la conducta y el hábito de cuidarse la piel.
  • La aplicación de un factor protector debe repetirse cada una hora y con más frecuencia si la exposición es durante las horas "pico".
  • Lo ideal sería consultar a un especialista, dermatólogo, para saber con exactitud que tipo de protección necesitamos acorde a nuestra edad y tipo de piel. 

 

Los beneficios del sol

El sol es beneficioso para nuestra salud si nos exponemos a él tomando las precauciones necesarias. Nos mejora el ánimo y nos brinda múltiples beneficios. Ellos son:
 

  • Creación de vitamina D: tomar el sol 15 minutos al día garantiza la correcta sintetización de esta vitamina. Un adulto necesita 400-600 UI de la misma.
  • Fortalece tus huesos y aleja la osteoporosis: el calcio es esencial para los huesos, pero por mucho que lo incorpores a tu organismo a través de la dieta, este es incapaz de aprovecharlo sin la presencia de la vitamina D.
  • Reduce los niveles de la hormona paratiroidea, encargada de regular la presión sanguínea. Por eso, al tomar el sol, la tensión baja.
  • Activa tus defensas: de la vitamina D también depende en parte el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos encargados de defender el organismo de infecciones, necesitan esta vitamina para realizar correctamente su trabajo. Por eso, tras un verano de sol, notas que en invierno te resfrías menos.
  • Regular tu biorritmo: la luz solar regula nuestros ritmos circadianos, los cuales están implicados en el sueño y el ánimo, entre otras cosas.
  • Mejorar afecciones de la piel como la psoriasis y el acné: las lesiones escamosas que produce la psoriasis mejoran hasta un 90% en verano gracias a la acción de los rayos ultravioleta que evitan que el sistema inmune ataque las células sanas de la piel (lo que ocurre cuando se sufre este trastorno). La piel con acné también mejora aunque en este caso conviene utilizar una protección solar libre de aceites y, sobre todo, no excederse con la exposición porque puede producirs un efecto rebote.

 

Los peligros del sol

Como bien hemos dicho anteriormente, la exposición prolongada genera múltiples daños tanto en la piel como en el organismo: puede provocar envejecimiento prematuro, daños oculares y cáncer de piel.  y su factor de riesgo más importante es, precisamente, la exposición excesiva al sol.

  • Cáncer de piel: el más común y peligroso es el melanoma.
  • Envejecimiento prematuro: el exceso de rayos UVA afecta a las fibras de colágeno y elastina de la piel. Por ello se debilita, se reseca y hay más flacidez. Provocan manchas y alergias en la piel.
  • Daños oculares
  • Rayos UVB: son los más fuertes, penetran hasta la epidermis, donde producen una estimulación de los melanocitos que activan el pigmento llamado melanina, generando un bronceado intenso. El exceso de radiación UVB es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel.
  • Rayos inflarrojos: este tipo de radiación produce calor pero no broncea. Genera un enrojecimiento cutáneo inmediato provocado por una vasodilatación, pero desaparece en pocas horas. Hasta ahora se pensaba que los rayos infrarrojos no eran nocivos, pero ahora se sabe que también llegan a las capas más profundas de la piel y producen radicales libres, dando lugar a flacidez.
  • Aparición de lunares: sabemos que un pequeño número de lunares atípicos o displásicos pueden convertirse en melanomas y que a pesar de que suelen ser hereditarios, la exposición indiscriminada al sol o cámaras de bronceado puede acelerar su aparición. Las graves quemaduras originadas por el sol antes de los 20 años, tienen efectos tardíos en la piel y están especialmente relacionadas con la aparición de lunares que pueden derivar en melanomas.
  • Quemaduras por sol: Una exposición prolongada, sin protección, durante las horas de más riesgo 10 am y 4 pm, puede ocasionar quemaduras de gravedad en la piel hasta formar ampollas. Adicional a la molestia por el ardor de la piel quemada, las personas que han tenido quemaduras por el sol especialmente durante la niñez y la adolescencia casi duplican su riesgo de padecer de melanoma.