|04/06/21 03:50 PM

La inteligencia artificial avanza como alternativa para tratar el Parkinson

Se estima que unas 10 millones de personas padecen esta enfermedad en el mundo. Ante la falta de cura, la tecnología sirve para optimizar los tratamientos.

Por Redacción

04 de junio, 2021 - 15:51

A pesar de los significativos avances en ciencias médicas y tecnologías aplicadas a la salud, la enfermedad degenerativa que afecta en mayor medida a mayores de 65 años no cuenta con un tratamiento que la erradique por completo. Por lo tanto, los tratamientos médicos están apuntados a aliviar los síntomas y buscar que los pacientes padezcan lo menos posible los cambios que se producen en su sistema nervioso afectando, irremediablemente, a sus hábitos y vida cotidiana.

En este contexto, los profesionales de la salud que tratan a pacientes con Parkinson apuntan a recetar medicación que, si bien tiene efectos sobre los síntomas, difícilmente pueda detener la agudización progresiva de los temblores, dificultades de movimiento, rigidez muscular y demás afecciones comunes en quienes padecen la enfermedad. El suministro de medicación suele ser complementado con ejercicios físicos y mentales que los pacientes incorporan a sus rutinas diarias.

Durante los últimos años, se han normalizado las colaboraciones de instituciones y profesionales de medicina con startups que desarrollan tecnología para aplicar inteligencia artificial a distintos rubros. Un caso actual es el proyecto en el que trabajan ingenieros del Imperial College inglés en conjunto con especialistas en neurología del hospital Charing Cross, cuyo objetivo es desarrollar un dispositivo que los pacientes puedan llevar en todo momento y que monitoree sus síntomas para optimizar los tratamientos.

Rory Cellan-Jones, un periodista inglés diagnosticado con Parkinson en 2019, es el paciente que se sumó como voluntario al experimento de desarrollo tecnológico llevado a cabo por el Imperial College. En su testimonio a la BBC relata que después de un primer tratamiento para aliviar sus síntomas en el que no pudo distinguir realmente el efecto de los fármacos que recibía, fue derivado al Dr. Yen Tai, neurólogo partícipe del proyecto.

Un "reloj inteligente" que aprenda sobre los síntomas

Controlando mediante sensores los ejercicios diarios en los que Cellan-Jones realiza moviendo sus manos y brazos, los investigadores recopilan información que luego incorporan a videos de las sesiones para proporcionale a su sistema de inteligencia artificial los conocimientos que le permitan clasificar los síntomas de una manera similar a la que lo haría un doctor.

Para ello, utilizan un índice conocido como UPDRS (Puntaje Unificado de Calificación de Enfermedad de Parkinson), que los ayuda a calibrar la severidad de los síntomas sobre los que la máquina aprende. Dicho dispositivo debería ser uno cuyo uso no signifique una dificultad u obstáculo para la vida cotidiana de los pacientes, y acá es donde entra a jugar Apple, la compañía tecnológica fabricante de iPhone, iPad y otros.

Según un grupo de desarrolladores de Apple que trabaja en conjunto con especialistas en medicina, su reloj inteligente Apple Watch podría servir para monitorear síntomas y medir su respuesta a los medicamentos. Pero además, de concretarse esta idea, los médicos tendrían acceso a una herramienta que registre cada movimiento realizado en la vida corriente de un enfermo de Parkinson. "Cuando agarras una taza de café, levantas un lápiz o lapicera, este accesorio grabaría todo lo que haces. Esto ayudaría a diseñar tratamientos personalizados e individualizados para los pacientes", explicó Tai.

Pero la utilidad potencial de un reloj integrado con el sistema de inteligencia artificial desarrollado por el proyecto de Imperial College no llega hasta ahí. En un futuro, el dispositivo podría actuar directamente sobre algunos síntomas mediante, por ejemplo, pequeñas descargas de corriente sobre los músculos para controlar los temblores.

"En última instancia, debemos encontrar algo que ralentice el proceso degenerativo de las células cerebrales" señala el neurólogo a cargo del proyecto. "No obstante, todavía podemos optimizar tratamientos mientras buscamos una cura para el Parkinson".