Tiene 39 años es de Córdoba y se casó consigo misma
Su caso causó revuelo en Córdoba y generó todo tipo de opiniones, pero ella se siente feliz y orgullosa de su decisión
Por Redacción
Mariel Narbona es una cordobesa de 39 años que decidió hacer algo inusual y se casó con ella misma. La mujer quiso festejar su amor propio de una manera simbólica y emotiva, y organizó una ceremonia en la que se comprometió a cuidarse, entenderse y escucharse.
Un cambio de paradigma sobre el amor
Mariel ya había contraído nupcias hace años con su exmarido, con quien tuvo una buena relación. Sin embargo, eso no le impidió volver a enamorarse. Solo que esta vez, el amor era hacia ella misma, al respecto en diálogo con TN comentó:"Yo quería casarme conmigo como una especie de pacto y de autoconocimiento, de saber lo que tengo para ofrecerle a otro".
Narbona no se cierra al amor de otra persona. De hecho, dijo que si se le da la oportunidad de conocer a alguien y casarse, será bienvenido. Pero también dijo que no cree que hagan falta papeles para demostrar el amor. Lo que sí cree es que para amar a otro hay que amarse primero a uno mismo.
La pandemia del Covid-19 fue un punto de inflexión para ella, que tuvo que adaptarse a una nueva realidad. En ese contexto, la mujer de 39 años hizo un análisis interno sobre su persona, sus relaciones y sus deseos. “Empecé a hacer cosas sola sin la necesidad de tener a la figura del otro como alguien que me complemente”, dijo.
Mariel se siente completa, le gusta como es, con sus virtudes y sus defectos, se ama y se elige. Por eso, quiso hacer una fiesta para celebrar su amor hacia ella misma, como una forma de sellar ese camino de autoconocimiento. Invitó a sus amigos y familiares, se vistió de blanco, se puso un anillo y pronunció sus votos frente a un espejo.
Una tendencia que crece en el mundo
El caso de Mariel se podría encuadrar dentro de la sologamia, una tendencia que consiste en casarse con uno mismo. Esta práctica ha cobrado fuerza en los últimos años, sobre todo entre mujeres que consideran que su felicidad no depende de otros.
Esta tendencia puede ser vista como una forma de reivindicar el amor propio y el bienestar personal, sin esperar ni depender del amor ajeno. También puede ser una manera de romper con los estereotipos sociales sobre el matrimonio y la soltería. Sin embargo, no todos ven esta tendencia con buenos ojos. Algunos la critican por considerarla narcisista, egocéntrica o ridícula.