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Régimen de minoridad: "La sociedad transitó un cambio, y el delito también"

Roberto Castillo es abogado penalista, y se refirió en Sin Verso (por Ciudadano News) al reciente debate por la baja de edad de la imputabilidad. "Por más que la bajemos a 13 años, los jóvenes no van a dejar de delinquir"

Por Redacción

09 de mayo, 2024 - 16:42

La baja de la edad de imputabilidad es una discusión que ha entrado en agenda en el Gobierno argentino, y se reactiva cada vez que comienza una nueva gestión. Con la ideología libertaria en el poder, la situación transita carriles para considerar: hace poco, el presidente Javier Milei reconoció tener el tema en la mira, y dejó entrever algunos detalles del debate que realiza puertas adentro del Ejecutivo.

Ante esta situación, Sin Verso (lunes a viernes de 9 a 12, por Ciudadano News 91.7) dialogó con Roberto Castillo, abogado penalista, quien sostuvo que el régimen de minoridad actualmente legislado en la Argentina tiene 50 años, existente incluso desde antes de la dictadura militar.

"Si analizamos que la sociedad ha transitado un cambio, tenemos que comprender que también el delito ha pasado por un cambio. No es lo mismo una persona de 14 años en nuestra época que alguien de 14 de hace 50 años, cuando se legisló el régimen de minoridad", comenzó el profesional.

Roberto Castillo, abogado penalista

Ante las consultas de los conductores Rebeca Miranda y Gabriel Landart, Castillo propuso primero "graficar para qué queremos bajar la edad de imputabilidad, qué queremos obtener. ¿Van a dejar de delinquir los adolescentes de 15 o 16 años? La respuesta es no, porque son utilizados por organizaciones criminales, y no tienen un contexto para sociabilizarse.

Lo que debería hacerse es apuntar a sacar a los delincuentes que hoy están en la sociedad, sin observar la administración de justicia de manera aislada. Si no hay políticas para contener, de nada va a servir la reforma judicial, porque van a empezar a utilizar a chicos de 11, 12 o 13 años, dependiendo del mínimo de imputabilidad".

Cabe acotar que tanto en lo convencional como en lo constitucional, la finalidad de la pena está en resocializar: aquella persona que transgredió una norma es encarcelada para devolverla socializada.

"Pero si se encierra a un chico de 15 años, en 4 o 5 años salen perfeccionados en el delito, por el estado en que están las penitenciarías en Argentina. La gente entendida en derecho sabe que tenemos un problema a la vuelta de la esquina, porque esos chicos son utilizados por el contexto social, son chicos que están en la marginalidad de la sociedad. El problema es multifactorial", indicó Castillo.

 

La posible solución

Parecerá una verdad simple, pero ante semejante estado de cosas la raíz del conflicto es atender a la educación. Según el doctor Castillo, los políticos no alcanzan a prestar la debida atención a esto, y se suma también que muchos de estos chicos que cometen delitos viven en un contexto con padres que también tienen antecedentes penales.

"Los pibes no tienen contención afectiva, los padres no los mandan al colegio, y en la mesa hay muy poco para comer. A nivel político se muestra cierto tipo de problemática, pero hay que hablar de una problemática integral que el país atraviesa", indica.

"La reforma judicial es innegablemente necesaria. Junto con Cuba, el país tiene una de las edades más altas en imputabilidad. "Pero tomado de manera aislada, esto no es más que un debate que les sirve a los políticos para mostrar mano dura, y para encerrar a chicos de 14 o 15 años, pero no se presta atención global al problema. Les puedo asegurar -sostiene Castillo- que más tarde se van a encontrar con chicos de 13, 12 u 11 años utilizados por organizaciones criminales".

"Un nene de 10 años que ya tuvo cierto tipo de aprendizaje delictual, que vio a sus padres cometiendo delitos, que no les dieron ni afecto ni educación, ya tiene una psiquis formada".

"Podremos encerrarlos en Devoto -ejemplifica-, en cualquier comisaría de la provincia de Buenos Aires, y si cayó preso a los 15 saldrá a los 21: la edad ideal para comerse el mundo, para delinquir con más autoridad, porque se ha perfeccionado con cualquier base de delitos", advierte el abogado.

En este sentido, el profesional se definió como 'apartidario', como 'decepcionado con todos los políticos'. Se dedica al derecho penal desde hace 15 años, y sostiene que "sin el poder político sería imposible una connivencia con las organizaciones criminales y con las organizaciones narco. Para eso hace falta un arreglo político y policial.

Este es un país hipócrita: los políticos hablan de 'mano dura', pero saben bien que sin la connivencia de las autoridades sería imposible que subsistan los negocios", se queja.

Hay que empezar por algo, dice Castillo. "No se puede perder de vista el contexto social donde viven estos chicos. Cuando analizo y veo cómo viven esas familias, se llega a comprender la actitud o actividad de un muchacho de 13 o 14 años, que en su vida solo tiene la premisa de delinquir".

"No se trata de justificar su acción, pero si viviera en un país con otro tipo de contención, se podría recuperar a esa persona", puntualiza el abogado.