La imperdible Ruta del Artesano en los Valles Calchaquíes
Allí, los artesanos tucumanos despliegan la herencia de un legado ancestral, de técnicas tradicionales rindiendo tributo a su tierra y su pasado
Por Redacción
Aún siendo la más pequeña de la República en superficie, Tucumán expone una variedad de paisajes, cultura y herencia histórica que no dejan de sorprender, como este tramo situado en el corazón de los valles Calchaquíes.
La Ruta del Artesano, un recorrido que invita a los visitantes a admirar la destreza artesanal de su gente a la vez que descubre historia, cultura y vivencias de la región.
Hay dos tramos bien definidos, todos enmarcados en un paisaje de gran belleza. Uno es el que va de Tafí del Valle a El Mollar, y el otro desde Amaicha del Valle hasta El Bañado. En esos recorridos se va encontrando el viajero con diversos artesanos que producen, exponen y comercializan su trabajo.
Son, como se dijo, herederos de un rico legado que no se limita al uso de técnicas tradicionales, sino que guarda una vasta historia que conjuga la esencia de la tierra y las vivencias de sus hombres, y despliegan una amplia gama de disciplinas, donde los tejidos e hilados, junto con la cerámica, joyería y tallados, con la particularidad de que sus materiales son también de perfecto registro autóctono, como lana de oveja y llama, cuero, piedra, madera, arcilla y metales.
En sus manos, la materia prima local se transforma en objetos utilitarios y decorativos, todos realizados con métodos manuales transmitidos de generación en generación. Desde la consolidación de este circuito como un emblema del turismo local, la ruta está señalizada con un sistema de cartelería que facilita el acceso a los talleres.
El primero de los tramos en Tafí sigue el encantador recorrido de la vuelta al valle, que rodea el dique La Angostura y el cerro El Pelao, y en ese recorrido son cerca de 20 emprendimientos artesanales que van visitándose, y ha sido promovido desde 2008 por el ente de Turismo de la provincia de Tucumán.
Gracias a políticas que garantizan la procedencia y calidad de las piezas, ya que cada producto lleva consigo un certificado de autenticidad.
La otra parte del trayecto, la de Amaicha del Valle, a 150 kilómetros de la capital San Miguel de Tucumán, destaca a los ceramistas locales, como Aldo Fabián, del taller Manos del Valle, destacan por su destreza en una técnica de elaboración que remonta a épocas prehispánicas.
Aldo, que heredó estos conocimientos de su grupo familiar, junto a su esposa, crea variados utensilios de cerámica utilizando las arcillas del valle Calchaquí. Otro rincón artesanal en este apasionante recorrido es el taller Kasapacha, dirigido por Ángela Balderrama; elabora hilados y confecciona prendas, incluyendo los tradicionales ponchos criollos.