La historia del Walkman
El Walkman, lanzado en 1979 por Sony, revolucionó la música al surgir de la visión de Ibuka Masaru y la creatividad de jóvenes técnicos. El éxito llegó con el compacto Sony WM-2 en 1981
El 1 de julio de 1979 marcó un hito en la historia musical con el lanzamiento del primer reproductor portátil de casetes, bautizado como Walkman por su fabricante, Sony. Este dispositivo, que transformó la manera en que el mundo experimenta la música, tuvo sus raíces en la visión de Ibuka Masaru, presidente honorario de Sony, quien anhelaba disfrutar de la música durante sus frecuentes viajes en avión.
La historia del Walkman: te lo contamos en 60 segundos
Existen diversas narrativas sobre el nacimiento del Walkman. Una sugiere que Masaru, un entusiasta deportista, anhelaba un dispositivo que le permitiera escuchar música mientras corría, su gran pasión. Ideó un prototipo que impresionó a Akio Morita, cofundador y amigo de Masaru, quien reconoció su potencial y lo remitió a un equipo de ingenieros para su perfeccionamiento.
Sin embargo, según Kuroki Yasuo, apodado "míster Walkman", jefe del equipo de desarrollo de Sony, en su libro "Walkman-ryū kikaku-jutsu", el Walkman no fue concebido inicialmente como un producto comercial. Surgió como una iniciativa divertida de jóvenes técnicos y se materializó a partir de la modificación del Pressman, un grabador portátil para periodistas. Este proceso de transformación, que duró sorprendentemente solo cuatro meses, eliminó la función de grabación, agregó auriculares y dio origen al revolucionario Walkman.
La evolución del Walkman continuó en febrero de 1981 con el lanzamiento del Sony WM-2, una versión más compacta que alcanzó un éxito significativo fuera de Japón. Este modelo, del tamaño de una cajita de casete, presentó cambios en el diseño al reubicar los botones en una cara que funcionaba como tapa.
Aunque las ventas iniciales fueron modestas, Sony implementó una estrategia de marketing única, enviando a sus empleados a las calles para usar los Walkman en público y ofrecer a la gente la experiencia de escuchar música en estéreo fuera de casa.
A pesar de un comienzo discreto, el Walkman transformó radicalmente la forma en que la gente experimenta la música. El gesto social de compartir discos dio paso a la individualidad de darle play a un casete y moverse con auriculares. Aunque dejó de fabricarse en 2010, el legado del Walkman perdura, y la música continúa acompañándonos en nuestros viajes diarios.
El Walkman no solo es una pieza de museo, sino un recordatorio tangible de cómo un pequeño dispositivo logró cambiar la forma en que experimentamos la música y sentó las bases para la era de la portabilidad tecnológica que disfrutamos hoy en día.