Innovación y educación: construyen una escuela con lana de oveja y botellas de plástico
Esta iniciativa única no solo busca levantar un espacio educativo, sino que también sentará las bases para una experiencia que refleje los valores de colaboración y responsabilidad ambiental
En una iniciativa educativa pionera, la Escuela Olga Cossettini de Colonia Caroya (Córdoba) está dando forma a un proyecto de construcción que combina la innovación con la sostenibilidad. En una entrevista con El Interactivo (de lunes a viernes, de 12 a 14, a través de Facebook y YouTube de Ciudadano.News), Anabel Uanino, directora de la institución, reveló detalles sobre este llamativo enfoque edilicio.
"El proyecto pedagógico de nuestra escuela, que lleva el nombre de Olga Cossettini, está en consonancia con este estilo de construcción. Estamos en un contexto natural desde hace seis años, y durante este tiempo, hemos explorado diferentes métodos de construcción que difieren de lo convencional. Junto con las familias de la comunidad, decidimos emprender este camino único", explicó Uanino.
El proyecto utiliza dos materiales clave: lana de oveja y botellas de plástico. La lana de oveja, un residuo en el campo, se utiliza como aislante para techos, paredes y pisos. “Martina y Mel, dos emprendedoras locales, han desarrollado un producto que transforma la lana más gruesa y menos utilizada en el campo en un recurso valioso. Este material natural no solo es eficiente en términos de costos, sino que también tiene propiedades aislantes superiores en comparación con materiales industriales tradicionales como la lana de vidrio”, explicó la entrevistada en El Interactivo.
El componente de botellas de plástico se utiliza en la creación de fardos que actúan como bloques de construcción. La tecnología, originada en un barrio marginal de Córdoba Capital, no solo tiene un impacto económico sino también ambiental y social. La idea detrás de esta tecnología es adaptarla a las posibilidades de las personas, permitiendo que la comunidad participe activamente en la construcción de su propio espacio educativo.
"La enseñanza detrás de esto es que los niños son parte de construir su espacio, los padres son parte de construir las aulas de sus hijos. Hacer siete fardos es hacer 2 m2del aula de tu hijo, eso nos da pertenencia", enfatizó Anabel Uanino.
Desde el inicio de la nivelación del terreno en junio hasta la construcción de una estructura de 500 metros cuadrados que albergará seis aulas no convencionales, la Escuela Olga Cossettini está redefiniendo el concepto de participación comunitaria y sostenibilidad en la educación. Con las primeras apariciones en medios, el proyecto está generando un impacto significativo y captando la atención de la comunidad educativa.
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