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Entre julio y septiembre anticipan cambios en el clima

Un reporte de agrometeorología del INTA anticipa un nuevo fenómeno de La Niña, aunque aclaran que no es posible saber serán las lluvias en las distintas regiones

Por Redacción

16 de febrero, 2024 - 20:20

Los fenómenos meteorológicos que se van sucediendo año a año siembran preocupación entre los expertos, porque en muchos casos ratifican plenamente las alteraciones que va produciendo el cambio climático, en una atmósfera cada vez más afectada por las acciones humanas.

Lo vivimos el año pasado, tras sufrir la pérdida de más de la mitad de las cosechas, a causa del fenómeno conocido como La Niña, que provoca lluvias por debajo de lo normal. Profundizados los estudios, tanto de ese como el de El Niño, que están los dos directamente vinculados al aumento o disminución de la temperatura superficial del océano Pacífico en la zona tropical oriental, llegaron a la conclusión de que el actual Niño podría debilitarse hacia mediados de año y ser reemplazado por una nueva ocurrencia de La Niña.

El último informe agrometeorológico del INTA advierte eso, con una “alta probabilidad” de que se desarrolle la fase La Niña, aunque no consideran contar con información suficiente para afirmarlo rotundamente.

 

“Para el trimestre febrero-marzo-abril, todos modelos indican un debilitamiento de los valores cálidos de la temperatura del océano Pacífico Ecuatorial. Se espera que El Niño continúe presente durante lo que resta del verano e inicio del otoño, con una transición hacia la fase neutral del ENSO a partir del trimestre abril-junio. Posteriormente, la mayoría de los modelos coinciden en indicar la continuación del enfriamiento del océano Pacífico central. De esta manera, hacia julio-septiembre 2024 la mayor probabilidad (más del 60%) se asigna a la fase La Niña”, dice el informe.

“La proyección indica que se podría enfriar el océano Pacífico de acuerdo a ese multimodelo, que es el más avanzado en el seguimiento de la temperatura de los océanos. No obstante, eso no nos permite saber cómo va a ser el comportamiento de las lluvias en las distintas regiones”, explicó un especialista del Centro de Recursos Naturales del INTA.

 

Tanto El Niño como La Niña son fenómenos climáticos naturales que alteran los patrones meteorológicos globales. La variabilidad climática que los genera es conocida como Oscilación del Sur (ENOS), pero mientras que el primero se caracteriza por un calentamiento de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial, lo que provoca un aumento de las lluvias en algunas zonas, La Niña se traduce en un enfriamiento inusual de estas mismas aguas, lo que conlleva sequías en algunas regiones, especialmente en el Pacífico tropical y partes de América del Sur.

Por lo general se asocia a La Niña con sequías y a El Niño con un aumento en la probabilidad de lluvias, pero esto también presenta variaciones, ya que con el Niño que atravesamos hay zonas donde las lluvias son escasas.

“Igualmente se desconoce la intensidad de esa Niña, cómo fue el impacto en las precipitaciones y lo que ocurra en la próxima campaña no se puede precisar con bases científicas”, también afirma el informe, con una recomendación muy importante: “hacer mucho para la gestión integral del agua, conservar lo más posible el agua en el suelo y en las cuencas”.