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Cómo usar eficientemente el aire acondicionado: trucos y errores

Hay varios errores evitables en el uso de los equipos, y el mantenimiento adecuado garantiza menor consumo y mayor durabilidad

Por Redacción

30 de enero, 2024 - 18:56

En un día con las temperaturas de hoy, y con la proyección de la ola de calor en ciernes, los aires acondicionados se han transformado en el bien más importante de la casa, pero a la vez también se los conoce por su impacto en la factura de electricidad. Por eso, el uso adecuado y eficiente es central, tanto para el consumo como para la vida útil de estos equipos, que en los casos de los más avanzados tecnológicamente ya superan el millón de pesos en los comercios.

No es descabellado afirmar, según los expertos, que muchas veces los acondicionadores terminan gastando, por motivos evitables, mucha más electricidad que la necesaria, incluso el doble. Entre las causas se encuentra un mantenimiento deficiente, que obliga al equipo a trabajar de más y también malos hábitos bastante fáciles de revertir.

En las páginas de la Secretaría de Energía, del ENRE y de los propios fabricantes de equipos se explican todas estas cuestiones, pero nunca viene mal un repaso.

 

El primer paso es limpiar los filtros con buena periodicidad, ya que ellos se van llenando de partículas que, al acumularse y compactarse, empiezan a dificultar el paso del aire, lo que implica mayor esfuerzo -y consumo- para suministrar el aire fresco, y también más tiempo de funcionamiento hasta llegar a la temperatura seteada. El consejo entonces es limpiarlos una vez por mes en verano, y cada 6 meses cuando no se usa.

Otro de los errores tiene que ver con el buen aislamiento del ambiente. La aislación será clave tanto en verano para mantener el fresco como en invierno para aprovechar mejor la calefacción. Rendijas, espacios en puertas y ventanas, taparrollos, son todos factores que conspiran contra esa aislación, por lo que renovar o colocar burletes donde no haya es un paso importante, así como barreras en la parte baja de las puertas, que se consiguen en cualquier ferretería.

Bajar la incidencia de la luz solar, siempre que se pueda, mejorará la eficiencia, ya que los hogares al sol se calientan tanto como un auto, y para mejorar eso, son importantes cortinas claras en las ventanas expuestas al sol, y si se puede contar con parasoles, toldos o persianas mejor aun.

Otro error común es programar temperaturas menores a las convenientes o confortables. Si a 25 grados podemos estar cómodos, entonces no será necesario bajar la del ambiente hasta 22 porque se llegó acalorado, porque esos pocos grados significan un consumo extraordinario. Subir el aire de 24° a 25° puede producir un ahorro del 20% en el consumo de energía; y de 24° a 26°, hasta un 45% de reducción. A la inversa, por cada grado que se baje el termostato el consumo crecerá hasta 30%. Si ponemos el aire a 20° estaremos consumiendo el doble que lo necesario.

 

El error central es creer que si se pone el aire a 20 la casa se va a enfriar más rápido que si se pone a 25, y solo se logrará disparar el consumo. En caso de querer acelerar el proceso, es mejor subir la velocidad del ventilador, y no bajar el termostato.

Estar atento a lo que sucede afuera, y no cometer el error de seguir con el aire cuando afuera ya disminuyó y podría mantenerse solo con ventilar, y no es necesario refrigerar.

Si se puede reemplazar el acondicionador con un simple ventilador, porque en el exterior la temperatura no es tan alta, por ejemplo 27 grados, y para ello alcanza con saber que un aire puede consumir 15 veces más electricidad que un ventilador. También se puede utilizar el modo de ventilación del equipo de aire, que permite la circulación sin encender el compresor.