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El plan vitivinícola tiene en general buena aceptación entre representantes del sector

Hay conformidad en la Unión Vitivinícola Argentina y aceptación pero con un fuerte pedido de los productores de la Zona Este

07 de febrero, 2020 - 10:20

El plan presentado por la actual administración dejó dos importantes mensajes, no solo a la vitivinicultura local, sino a todo el aparato agroindustrial y productivo de la provincia. También un mensaje político, inédito y hasta se diría histórico en las relaciones institucionales de los niveles más altos de los poderes del estado. Esto último, porque un anuncio de una acción del Poder Ejecutivo, fue anunciada por el Poder Legislativo. 

Rodolfo Suarez hizo lo que ninguno de sus predecesores: dar absoluto protagonismo a Mario Abed por ser parte de la conducción política y administrativa de Mendoza. 

Además porque su vicegobernador es absolutamente conocedor de la industria madre mendocina. Todo un gesto del gobernador, que no debería pasar desapercibido por la señal que se le da a la gente de estar gobernando por ella y no por ambiciosos proyectos políticos personales.

En lo que se refiere al anuncio en sí, el plan tiene particularidades que los sectores de la vitivinicultura más duros las recibieron bien. El hecho de revalorizar el tema mosto y tratar de morigerar el stock vínico fue bien recibido por el gran excedente que produjo un gran dolor de cabeza a la industria del vino. Por lo que financiar la elaboración de cosecha y acarreo para los productores y contratistas de uva con destino a mosto creó importantes expectativas. Mucho más, contar con un Banco de Vinos.

Guiño de la Unión Vitivinícola Argentina a la diversificación

Uno de los sectores que escuchó atentamente el plan presentado por el vicegobernador Abed, es la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), y precisamente uno de sus principales referentes, Sergio Villanueva, habló con El Ciudadano y dijo que para la entidad “es muy importante que se incentive la diversificación, porque eso baja volúmenes. Es decir, todo lo que ayude para que la gente haga mosto y no haga vinos en un momento donde están sobrando vinos, ayuda al esquema. Pero hay otro tema muy importante, y es que inyecta recursos al sector a través de los créditos de cosecha y acarreo. Con el importante agregado financiero como es la creación de un Banco de Vinos”.

Para el industrial, “este plan llega en un momento cuando se están analizando los grandes temas que se vienen, como estimar cuál es la caída de la cosecha que determinará los volúmenes. También el aumento de la cantidad de uvas tintas que integran los vinos tintos, una cuestión que están debatiendo Mendoza y San Juan, que sería pasar de un 65% al 85%”.

Consultado si este plan terminará con la fuerte controversia entre productores y bodegueros, cuando muchos de estos últimos pagan lo que quieren y en el plazo que quieren, respondió: “Se implementarán modificaciones en el régimen de contratos de productos agrícolas, esencialmente de la uva. Algo que las bodegas analizarán, ya que el endurecimiento genera resistencia de muchos sectores. Pero también es cierto que algunas políticas de algunas empresas han estirado plazos y los valores han sido nominales. Entonces, por esto existen actitudes que han perjudicado al productor”.

Respaldo desde el Este, pero piden cirugía mayor

Nuestro diario también tomó contacto con la Zona Este de la provincia. Desde allí, el reconocido productor José María Llaver expresó sobre el plan que “a grandes rasgos fue bien recibido en la Zona Este. Es algo que la mayoría de los productores esperábamos, ya que aquí estamos descapitalizados porque no hay financiación. En una palabra, no podíamos levantar la cosecha si no salía esto. Y en ese sentido quiero aclarar que no es un subsidio del Gobierno hacia los productores. Lo hago porque a muchos, parece, les molesta que el Gobierno le dé una mano a su producción”.

Al referirse al modo de devolver el financiamiento que otorga el plan, cuando la situación de la producción es difícil, aseguró: “Nosotros vamos a devolver el financiamiento que nos otorgan, que también lo haremos con nuestra producción. Fíjese que veníamos de tantos años de malarias que hoy no podíamos levantar la cosecha. Entonces, esto es muy bueno, a tasa cero con devolución en el tiempo garantizando con el producto. Que es un producto, como en este caso el mosto, que va aumentar y que hay perspectivas de colocarlo en los mercados del mundo”.

Y aclaró: “Si bien no es lo que esperábamos como respuesta a los graves problemas que hoy padece la vitivinicultura, esencialmente los pequeños y medianos productores, no dejamos de reconocer que es un importante paliativo, porque de no haberlo implementado, la uva se quedaba colgada”.

Finalmente, y en tono imperativo, lanzó: “Desde la Zona Este le decimos al Gobierno que debe hacerse cirugía mayor, donde deben involucrarse los interesados y actores de la industria del vino. El ejemplo que le doy es lapidario: si tenemos stock, nos dicen que sobra vino y nos tiran el precio abajo. El sentido común indica que debería suspenderse la implantación de viñedos por diez años para que se equilibre el stock vínico. Además dispondría que los vinos tintos debieran ser de uvas tintas 100 por 100% y no como ahora, que el 65% de la variedad y el otro 45% vaya uno a saber qué ponen. En ese aspecto la gente no es sonsa y está dejando de tomar vino porque no saben que le ponen. Estos son apenas algunos temas que la industria del vino se debe así misma debatir. Por eso le digo que este plan es un buen paliativo que llega en un momento difícil, donde algo debería hacerse”.

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