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Trabajo infantil: ¿está naturalizado o es una explotación de niños propiamente dicha?

En Mendoza habría más de 50 casos detectados, lo que revela una situación más que preocupante

06 de agosto, 2019 - 07:51

El Día Mundial Contra el Trabajo Infantil se recordó con los últimos sondeos del país que delatan que se han detectados más de 3.000 casos de explotación infantil. En el caso de Mendoza, los registros indican más de 50 hechos

Este es un grave y complejo panorama en el que se mezcla la naturalidad que se le pretende dar al trabajo infantil desde las familias campesinas o de zonas urbano marginales con la escondida actitud inescrupulosa de algunos empresarios y productores, que además de someter a esclavitud laboral a muchas familias, hacen trabajar a cientos de niños sin importar edad, ambiente ni tareas.

En la Legislatura de Mendoza ha ingresado para que tome estado parlamentario y pase a estudio de comisiones, un proyecto de ley para erradicar el trabajo infantil de la provincia. La autoría le corresponde a la diputada provincial Marcela Fernández (UCR-FCM), quien lo presentó ante una nutrida concurrencia de representantes de organismos públicos y privados.

La diputada Marcela Fernández presentó este lunes su proyecto para erradicar el flagelo en la provincia.

El Ciudadano estuvo allí y recabó opiniones, como la de Marcela Neme, vicepresidenta de VALOS, quien dijo: “Desde las empresas que integramos VALOS hemos trabajo este tema. Nos parece fundamental e importante que se aborde decididamente la problemática en nuestra región, donde el tema es muy preocupante. Por eso creo que hay mucho por hacer”. 

Y agregó: “Nosotros estamos comprometidos a través de los objetivos del desarrollo sostenible. Allí tratamos el tema de la niñez en todos sus aspectos y fundamentalmente apuntamos a que los niños deben estar en la escuela. Es en ese sitio donde reciben contención educativa y hasta alimentaria”.

También opinó fue el director de Adultos Mayores, Aldo Sáez, quien consideró: “Creo que hay más consciencia que diez años atrás. Aun así, nos faltan más herramientas legales que acompañen la concientización de que no es natural el trabajo infantil. Que ese niño debe estudiar y jugar, no trabajar. Una problemática que ha comenzado a revertirse lentamente en barrios humildes de la Capital, no así –lamentablemente– en zonas rurales. Esto último con familias de trabajadores golondrina que vienen de afuera”.

Las cifras reales serían más abultadas

Para la diputada Fernández es importante el trabajo mancomunado entre lo público y lo privado, y al respecto expresó que “todo marco normativo tiene cuerpo si hay políticas públicas que lo sostengan. Por eso el proyecto que estoy presentando tiene el aval de la Subsecretaría de Trabajo. De allí que este proyecto de erradicación del trabajo infantil en la provincia tenga importante apoyo gubernamental, además de todo el aporte de otras instituciones públicas y privadas comprometidas con el tema”.

Al preguntarle cómo se llega a sectores que consideran al trabajo infantil como algo natural, respondió: “Entiendo que este flagelo tiene el gran aditivo cultural, porque hay sectores de la comunidad que lo han naturalizado para que el niño esté en jornadas de trabajo. Un tema en que además de una ley, como la que encierra mi proyecto, están la actitud y el compromiso de sectores como la salud pública y la educación”.

“Considero que los médicos en los centros de salud pueden detectar cuándo un niño tiene dolores de espalda, escaras en las manos o bronquitis producidas por el polvo de los ladrillos. Así también las maestras, que saben que los niños se retiran más temprano o llegan más tarde con olor a ajo o a fruta, por ejemplo, que indica que estuvieron trabajando”, graficó el legislador.

Y además, mostró la gravedad del tema al indicar que “el protocolo del proyecto de ley contiene las estadísticas públicas que reflejen todo lo que sucede en situaciones de alto riesgo con niños mendocinos. Hoy los datos fríos de la realidad nacional dicen que en los últimos meses aparecieron más de 3 mil casos. En Mendoza, el número es de 54, lo que no quita que sean más. Por eso tenemos zonas georreferenciadas, además se conocer la temporada de cada cosecha”. 

“Entonces, cuando converjan los informes de salud, educación y organizaciones comprometidas, le aseguro que la cifra de Mendoza se quintuplicará”, expresó Sáez.