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Vericuetos judiciales en dos casos que conmueven a los mendocinos

Dos familias que perdieron a sus hijos bregan para que de una vez sean juzgados los acusados

26 de diciembre, 2018 - 16:29

A los familiares de aquellas víctimas que hoy tienen proceso en el Fuero Penal, la Justicia les dio otro revés. Dilata nuevamente el inicio de juicios y en otros casos muestra con gravedad aquellos laberintos donde los abogados se manejan con espeluznante avidez, que la gente traduce como reprochables chicanas.

Los emblemáticos casos con otro año de postergación como el de Lucas Carrasco, joven hincha de Independiente Rivadavia que recibió un disparo de proyectil de gas lacrimógeno por parte del policía Diego Guzmán Zalazar, el 14 de marzo de 2014, y el de la muerte de la nena Guadalupe Codes, quien habría sido víctima de mala praxis por parte de las médicas Andrea Piatti y Viviana Bacciedoni, ocurrido el noviembre de 2015, dejan al descubierto cierta impericia intencional, donde la sensación es proteger a los victimarios y olvidar a las víctimas, dicen los familiares.

El Ciudadano abordó dos ejemplos que mucho dolor produjeron y en los que visualiza esos puntos negros que la Justicia pretende ocultar con logros y avances, preseas doradas de objetivos políticos y no siempre de la asistencia de justicia a la gente.

El caso Guadalupe Codes se elevaría a juicio a mediados de 2019

El 20 de noviembre de 2015, la pequeña Guadalupe cumplía 10 años. Ese mismo día, tras casi dos meses de dolorosa agonía fallecía en Terapia Intensiva del Hospital Humberto Notti. Hasta allí había sido trasladada desde el Hospital Español donde estuvo una semana en la sala de cuidados intensivos, tras recibir la droga con la que combatía una leucemia. 

El fármaco denominado vincristina debía colocársela vía endovenosa, sin embargo, las médicas Andrea Piatti y Viviana Bacciedoni se la colocaron en forma intratecal (entre las vértebras), acción que fue ocultada a los padres de la menor, quien inmediatamente sufrió parálisis severa y tuvo que ser derivada en forma urgente al Notti donde murió. La droga, según los especialistas, ya la había sentenciado a muerte.

Dice la familia de la nena que 2018 fue otro año de chicanas judiciales, como lo detalló su papá, Mauricio Codes: “La pericia que pidió la defensa de Viviana Bacciedoni (médica) al Hospital Pediátrico Humberto Notti sobre la histórica clínica de Terapia Intensiva donde estuvo Guada durante tres meses, hasta su muerte, fue una chicana para dilatar durante seis meses el inicio del juicio. Si bien entiendo que es el trabajo de los abogados de partes, no deja de molestar y de sentir esta impotencia que siento porque la dilación del inicio del juicio es más impunidad para quienes son responsables de la muerte de mi hija. Lo increíble es que esa prueba solicitada fue descartada por quienes la pidieron, cuando se les dijo que debían pagarla. Ahora los abogados del Hospital Español piden una pericia contable. Quieren saber lo que ese nosocomio gastó cuando Guadalupe estuvo internada en Terapia Intensiva (agosto de 2016). Lo hacen porque quieren estar preparados en un juicio adverso, para descontar ante un eventual resarcimiento que solicitaríamos por la muerte de mi hija. Otra chicana que dilata la elevación a juicio seis o siete meses más”.

El dolor de todo esto se profundiza en el rostro de Andrea, mamá de Guadalupe: “Creo que se buscan todas las estrategias para dilatar el juicio a las médicas que son responsables de la muerte de mi hija. Vemos que siguen estirando, estirando y no vemos el sentido de hacerlo. No descartamos impunidad y una mezcla de cosas, de este mismo sistema judicial que permite que tengan todas las posibilidades para seguir dilatando la elevación a juicio. Siento tristeza e indignación, porque lo que dijo (Alfredo) Cornejo que quería acelerar la Justicia, nosotros no vemos que sea así. Esa no es una Justicia rápida”.

Nuevo defensor y ocultamiento policial para el caso Lucas Carrasco

El viernes 14 de marzo de 2014, simpatizantes de Independiente Rivadavia provocaron una gran trifulca al suspenderse el partido que el equipo del Parque debía disputar con Instituto (Córdoba) por la B Nacional. 

Hubo corridas y muchas personas que intentaban salir entre gases y balas de goma. Una de ellas era el joven Lucas Carrasco, que intentaba proteger a su hermano de 14 años que por primera vez había concurrido a un estadio de fútbol. 

De pronto, y a pocos metros del estadio Gargantini, Lucas recibió un impacto en la cabeza, fue trasladado al Hospital Lagomaggiore y tras agonizar dos días, falleció. 

La investigación que surge inmediatamente indica que la cabeza del muchacho fue alcanzada por un proyectil de gas lacrimógeno. A partir de allí, su madre Viviana Espina comenzó una titánica lucha ante dos poderosos frentes, ante la Justicia y ante la Policía provincial, cuando señaló al efectivo Diego Guzmán Zalazar como el autor del disparo. 

Viviana tuvo que soportar todo tipo de amenazas anónimas, hasta le pusieron una 9 mm en la cabeza a su hijo menor para que dejara el caso y no se metiera con la Policía. La Justicia le jugó una mala pasada que hizo caer el juicio. Todo un combo para que la mamá de Lucas terminara quitándose la vida.

Ahora su padre, Daniel, con más presiones y chicanas, encaró con sus abogados Lucas Lecour y Pablo Salinas un segundo juicio en la Tercera Cámara de Crimen que preside Mauricio Juan, con los camaristas Eduardo Martiarena y Laura Guajardo, juicio que estaba en la etapa de alegatos y fue suspendido ante la renuncia del abogado defensor del policía. Ahora Guzmán Zalazar tiene al defensor oficial Rafael Alejandro Manzur.

Sobre todo esto, Daniel solo dijo: “Ya lo hemos pasado antes y ya no sé si creer en la Justicia. Primero renuncia un juez, ahora el abogado defensor y eso paraliza nuevamente el juicio. No se imaginan la impotencia que esto produce en toda la familia Carrasco, es como sentir una falta de respeto a nuestro dolor por las muertes de Lucas y de mi esposa Viviana”.

Finalmente, Carrasco expresó: “El nuevo defensor ha pedido nuevas pericias y la Cámara solo aceptó algunas, por lo que deberemos seguir escuchando las mentiras que siempre dicen desde algunos sectores de la Policía y que protegen a Guzmán. Este es un tema que ya lleva cinco años y solo estamos pidiendo que se haga justicia. Yo en particular lucharé para que haya justicia, y el próximo 6 de febrero cuando se reinicia el juicio estaré en los tribunales buscando que la Tercera Cámara del Crimen dicte sentencia, así mi hijo y mi esposa puedan descansar en paz”.