|03/05/24 11:34 AM

Febriles negociaciones en el Senado por la Ley Bases

El Gobierno está tratando de convencer a los gobernadores de que propicien que sus legisladores voten a favor del proyecto del oficialismo que ya tiene media sanción

03 de mayo, 2024 - 11:34

Pensando en el destino que pueden tener la Ley Bases y el paquete fiscal en la Cámara alta, una de las alternativas que analizan en la Casa Rosada es que los senadores de la oposición rechacen o modifiquen uno o varios capítulos.

Esto sería posible si logran concretar una mayoría, lo que implicaría que el proyecto regrese a la Cámara de Diputados, significando esto un retraso en el apretado cronograma político (autoimpuesto) del Gobierno rumbo a la firma del Pacto de Mayo.

Ante la incertidumbre que les provoca esta posibilidad, en Balcarce 50 decidieron que avanzarán de cualquier manera con los preparativos para concretar el gran acto que tienen previsto en Córdoba para cumplir el anhelo del presidente Javier Milei, ya sea que la ley sea aprobada o no.

El Gobierno tiene muy claro que se mueve en un escenario de extrema sensibilidad, frente a un Senado en el que no sobran los votos y el poroteo es cada vez más fino. Además, está fresco el rechazo al DNU 70/23 el 14 de marzo.

Ahí toman un protagonismo relevante dos figuras clave, como el ministro del Interior, Guillermo Francos, y la vicepresidenta Victoria Villarruel.

El primero mantiene acelerados contactos con algunos gobernadores, sobre todo los del Norte, para conseguir que estos convenzan a sus legisladores de que aprobar la ley redundaría en beneficios para sus provincias, mientras que la titular de la Cámara alta hace lo mismo con senadores opositores más proclives a posibilitar que la norma salga tal cual está redactada, evitando así que vuelva a la Cámara de origen.

Mantienen las esperanzas de que se apruebe antes del 25, pero saben que la oposición más dura, integrada especialmente por el kirchnerismo, no se las hará fácil y su estrategia, según se sabe, será bloquear ambas iniciativas del oficialismo.

Sin embargo, aunque el proyecto volviera completo a Diputados,  podría aprobarse tal y como había salido en su primera versión si se logra una mayoría agravada, o en su defecto sancionarse con los cambios propuestos por el Senado.

Tres temas complejos

El tema que más controversias provoca y que podría que el proyecto vuelva a la Cámara baja, es el referido al impuesto a las tabacaleras, y en la Casa Rosada están convencidos de que el lobby de la empresa de Pablo Otero se redoblará para eliminarlo.

Sin embargo, hay otros dos temas que causan escozor: la reforma laboral, resistida por el peronismo –que buscará sumar apoyo de las fuerzas provinciales– y el Impuesto a las Ganancias, que rechazan los gobernadores y senadores patagónicos.

Y aquí reside la importancia de la misión de Francos y de Villarruel tratando de revertir un panorama complicado. Para eso tienen doce días como máximo para convencer a los gobernadores “dialoguistas” antes de que se inicie la discusión en comisiones, aunque desde algunas provincias ya le están recordando al Gobierno que no tienen el manejo de todas las decisiones de sus coterráneos.

En el Gobierno no terminan de aceptar como válidos los argumentos de sus aliados peronistas. Una prueba de ello es el comentario de un estrecho colaborador de Milei, quien habría deslizado al respecto: “No es nuestro problema”.

De todos modos, dos de los caciques provinciales ya anticiparon que trabajarán para aportar los votos necesarios. Uno es el mandatario tucumano Osvaldo Jaldo, quien tras reunirse con el ministro Francos dejó traslucir su apoyo a las propuestas del Ejecutivo.

En tanto, conversó con el ministro de Economía, Luis Caputo, –otro de los funcionarios que interviene en las tratativas– el catamarqueño Raúl Jalil, quien hasta ahora ha sido más cuidadoso en sus movimientos y aseguró que el Gobierno nacional debía tener las herramientas necesarias para empezar a gestionar. Además, aunque no lo hizo público, siempre pensó que el ajuste fuerte era necesario, aunque opina que no de la forma en que lo llevó a cabo Milei.

El mandatario norteño entiende que la gente no quiere ver a una oposición que ponga trabas en forma sistemática y que, como todo gobierno que recién comienza, este debe tener un margen de acción.  “Es muy importante que la ley se apruebe en el Senado. Es hora de ayudar”, sostuvo tras el encuentro.

Por ahora, y mirando hacia el final del camino, Jaldo y Jalil serán de los pocos peronistas que estén el 25 de este mes en la Docta.

En la vereda de enfrente están por ahora Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero),  Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), unidos bajo el mismo techo hasta que las operaciones del Gobierno no logren romper los prejuicios de alguno de ellos.