Cazabombarderos para la Fuerza Aérea: ¿llegan o no llegan?
El clima de elecciones y la política de Defensa tras el 10 de diciembre no es el único interrogante respecto al reequipamiento. Las dos propuestas de aeronaves que siguen en carrera y el rol de la guerra en Ucrania como un factor de influencia en las tratativas
Por Redacción
La Fuerza Aérea de nuestro país está en plena evaluación de diferentes opciones para encontrar el reemplazo de sus aviones interceptores, tras el retiro de los veteranos Mirage, los cuales cumplieron con creces su vida útil.
Los finalistas
Tras ser descartadas a lo largo de los últimos 3 años un abanico de posibilidades consideradas adecuadas, de acuerdo a los requerimientos del arma aérea nacional, como fueron el sueco Saab 39 Gripen, el surcoreano KAI T-50 Golden Eagle, el ruso MIG-35 y, recientemente, el indio HAL Tejas, solo quedan dos alternativas vigentes en la mesa: el F-16 estadounidense y el Chengdu JF-17 de origen chino-paquistaní.
En este contexto, la definición entre estos dos modelos tomó connotaciones de conflicto de intereses que involucra a Estados Unidos, China, Dinamarca, Ucrania y, lógicamente, a nuestro país.
Sin embargo, la disputa más relevante respecto a lo que determine Buenos Aires recae entre Washington y Beijing, dado que los dos últimos están compitiendo por lograr la ventaja geopolítica en la región sudamericana.
Presiones geopolíticas
De acuerdo a informes del sitio Breaking Defense, la Casa Blanca presiona al gobierno argentino para que opte por su avión de combate, frente a un plan de seducción de China, que muestra estar dispuesta no solo a proporcionar los aviones JF-17 a un precio y plan de pago muy favorables, sino también a ofrecer los sistemas de integración de armamento, soporte técnico y adiestramiento operacional como parte de la oferta.
En contrapartida, Estados Unidos autorizó, a través de una disposición del Congreso, a poner en disposición una partida de F-16 A/B Fighting Falcon que serán retirados del servicio activo con la Fuerza Aérea de Dinamarca, debido a que la disponibilidad de unidades de esta aeronave a estrenar es limitada y muy costosa, en términos de la proyección presupuestaria que calcula la cartera de Defensa para la adquisición de un nuevo sistema de armas.
Pese a que, bajo una primera perspectiva, la propuesta china es la que se constituye como la más atractiva y conveniente, cabe aclarar, que los instrumentos de influencia, coerción económica y diplomática de Washington estarían dando sus resultados y generarían una reorientación de un próximo gobierno nacional, desde el 10 de diciembre, lo que decantaría por corresponder los intereses norteamericanos.
El rol de Ucrania
En todo este escenario, otro actor importante es Ucrania, dado que Dinamarca es uno de los países de la OTAN que confirmaron oficialmente la transferencia de un importante número de sus F-16 a la Fuerza Aérea ucraniana, contando el arma aérea danesa con un máximo de 44 aviones, de los cuales 30 estarían en plenas condiciones operativas.
Dicha situación genera una clara incertidumbre respecto al destino real de los cazabombarderos estadounidenses y pone a la administración de Joe Biden en una situación de posibles rencillas con el gobierno de Zelenski, el cual exige el envío urgente de estos aparatos y, también, podría generar críticas de miembros de la alianza, quienes verían dicha actitud de Washington como un acto perjudicial en los esfuerzos de asistencia a Kiev en su conflicto bélico con Rusia.
Posibilidad de reparto
Más allá de esto, no se descarta la posibilidad de que los aviones F-16 daneses se repartan entre varios destinos, uno de los cuales sería Argentina, logrando así, bloquear la iniciativa china y frenar el despliegue militar del gigante asiático en la región, como tercer eje crítico, tras consolidarse en su influencia económica y política en gran parte de Latinoamérica.