El INCAA enfrenta desafíos y cambios estructurales

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) se encuentra en medio de una reorganización que ha generado controversia y preocupación entre los trabajadores y la comunidad cinematográfica. Aunque no se ha anunciado oficialmente su cierre, las modificaciones en su estructura y funciones han generado incertidumbre sobre su futuro.

En una entrevista exclusiva con Ingrid Urrutia, secretaria general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el INCAA, se abordaron los desafíos que enfrenta el instituto y las implicancias de los cambios propuestos.

—¿Podrías comentarnos sobre la situación actual del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)? Hemos escuchado que se están produciendo cambios importantes.

—La situación en el INCAA es compleja. Aunque no se cierra oficialmente, estamos viendo una reducción significativa en su funcionamiento. La semana pasada se presentó una nueva estructura que aún está en discusión. Esta reorganización cuestiona las funciones principales del INCAA, especialmente en lo que respecta al fomento y control a través de la Gerencia de Fiscalización. Aunque no se ha cerrado oficialmente, la reducción en su funcionamiento es evidente.

—¿Qué nos podés decir sobre los 250 trabajadores que fueron notificados para no asistir a sus tareas?

—Es cierto que se notificó a esos trabajadores, pero durante la mañana de hoy, muchos de ellos ingresaron normalmente. Sin embargo, lo que está cambiando es todo el organigrama del instituto y la reasignación de funciones, que comienza a aplicarse desde hoy.

—¿Cuál es tu opinión sobre el tamaño del INCAA?

—Creemos que no está sobredimensionado. Sus funciones abarcan desde el fomento hasta la fiscalización, pasando por la clasificación y eximición a través de sus programas y salas INCAA. Además, el instituto preserva el patrimonio audiovisual a través de la cinemateca. Urrutia considera crucial preservar estas funciones junto con los trabajadores.

—¿Cómo ves la estrategia del Gobierno?

—Parece que el objetivo final es reducir al INCAA al mínimo. Esto es un ataque al sector independiente de la producción nacional. Mañana saldremos a la calle para defender la educación pública, la ciencia y la cultura. Esta es una posición política e ideológica.

—¿Qué opinas sobre los ‘ñoquis’ y La Cámpora?

—Creemos que el Gobierno ha utilizado la deficiencia de gobiernos anteriores para avanzar en el ajuste y el vaciamiento del estado. Atacar a los trabajadores no resolverá el déficit fiscal, y la concentración de riqueza en manos de grandes corporaciones es un problema real. Reducir los salarios no resolverá el déficit fiscal. Las medidas en el INCAA deberían apuntar a apoyar a la producción nacional independiente.

“La semana pasada se presentó una nueva estructura que aún está en discusión. Esta reorganización cuestiona las funciones principales del INCAA, especialmente en lo que respecta al fomento y control a través de la Gerencia de Fiscalización. Sin embargo, quiero enfatizar que en el INCAA no sobra nadie. Los trabajadores son fundamentales para el funcionamiento del instituto”, agregó Urrutia.

—¿Por qué creés que se ha llegado a esta situación de desfinanciamiento?

—Es un problema que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo. Los recursos del Fondo de Fomento Cinematográfico, que provienen del gravamen del 10% de las entradas de cine y del 25% de lo recaudado por el ENACOM, han sido insuficientes.

“La producción y el consumo audiovisual han cambiado drásticamente en las últimas décadas, y ningún gobierno se ha atrevido a gravar a las plataformas digitales o a garantizar que la publicidad no tributante contribuya al sector cultural y audiovisual. En tiempos de crisis económica y ajuste salarial, las familias priorizan sus necesidades básicas, como alimentos y vestimenta, antes que el entretenimiento. Esto afecta directamente al fondo de fomento, que se vuelve cada vez más pequeño e insuficiente”.

—¿Cómo se manejan los costos fijos y los salarios en este contexto?

—Es un desafío. Los costos de mantenimiento, alquileres y servicios siguen creciendo, mientras que los recursos disponibles para el INCAA no aumentan proporcionalmente. Lamentablemente, no se tomaron medidas efectivas durante los gobiernos anteriores para abordar esta situación. Ahora, se utilizan estos argumentos para afectar a los trabajadores y a todo el sector de la producción independiente.

—¿Qué opinás sobre las acusaciones de que el INCAA financió producciones que nunca devolvieron el dinero?

—El control y la rendición de cuentas son fundamentales. El INCAA tiene mecanismos para verificar el uso de los recursos. Las producciones deben presentar certificaciones de contador público y demostrar que cumplen con las leyes y regulaciones. No podemos culpar a los trabajadores por fallas en el cumplimiento de estas normativas. Es importante analizar cómo se encontraba la situación antes de tomar decisiones drásticas como despidos.

Producción periodística: Martín Gastañaga, José Urrutia y Daniel Gallardo