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Apuestas electorales: cómo se llevan con la legalidad

Los procesos electorales están muy reglamentados en cuanto a vedas, campañas, encuestas, pero ha aparecido un nuevo fenómeno, apostar dinero al voto en la Segunda Vuelta, que aún está en el vacío

Por Redacción

08 de noviembre, 2023 - 07:07

Ya con el balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei a la vuelta de la esquina, en el mundo digital ha aparecido una nueva tendencia que no está debidamente contemplada en las normativas electorales, ya que las plataformas de apuestas han abierto la posibilidad de apostar dinero por las preferencias políticas, permitiendo a los usuarios jugar al resultado de las elecciones, como si se tratara de un partido o una carrera. 

No es exclusivo de Argentina, pero en todos los casos plantea interrogantes éticos y legales, esencialmente centrados en el debate de si es adecuado tratar las elecciones como un juego de azar, cuál es el mensaje hacia la ciudadanía y que implicancias contiene cuando entra el mundo a veces muy oscuro de los intereses del juego.

 

Bplay es una de las plataformas que aparecen en el tema, con cuotas para establecer sus apuestas, donde el candidato de Unión por la Patria aparece como el favorito, y en la lógica del juego, entonces, es el menos rentable desde el punto de vista del apostador. 

Hasta ahora, si Milei gana, el retorno es de 1,85 por cada peso apostado; si lo hace Massa, es de 1,70. En ese cómputo, una apuesta de 10.000 pesos daría 18.500 o 17.000, respectivamente, según quien se imponga el 19 de noviembre.

Muchos de los que analizan el problema hablan de varios problemas, no solo relacionados con el juego, que muchas veces se transforma en una adicción, sino que también frivoliza la democracia, desviando la atención de las políticas y las plataformas de los candidatos hacia un enfoque más superficial y especulativo.

También expresa la necesidad de una discusión más profunda sobre el rol de las apuestas, y si deberían existir límites para proteger la integridad del proceso electoral y también de los ciudadanos.