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¿Otro flautista de Hamelín?

La aparatosa irrupción de Javier Milei en la política argentina y sus propuestas rayanas en la ilegalidad que nos salvarían de todos los males, enciende la alarma en gran parte de la sociedad. ¿No será como aquel personaje que hizo desaparecer las ratas, pero después sumió al pueblo en un dolor enorme?

25 de agosto, 2023 - 08:48

¿Cómo explicar un tema complejo? Los Antiguos tenían una buena receta: apelaban a los mitos. Nosotros, que vivimos en la Modernidad, tenemos un recurso similar, el de los cuentos.

En este caso, uno recopilado por los Hermanos Grimm. Se trata de El Flautista de Hamelín, publicado en el volumen Deutsche Sagen en 1816, que cuenta la historia de una misteriosa desgracia acaecida en la ciudad de Hamelín, Alemania, el 26 de junio de 1284.

En esa lejana época, la ciudad de Hamelín estaba infestada de ratas, por lo que su alcalde decidió contratar los servicios de un flautista desconocido para librarse de la plaga a cambio de una recompensa. Éste, entonces, empezó a tocar su flauta y todas las ratas salieron de sus escondites y empezaron a seguirlo. Una vez que todas ellas estuvieron reunidas, él se dirigió hacia el río Weser, donde se ahogaron.

Cumplida su misión, el flautista volvió al pueblo a reclamar su recompensa, pero los aldeanos se negaron a pagarle. Muy enojado, se fue de Hamelín, no sin antes amenazar con que se vengaría.

Efectivamente, unos días después, el 26 de junio (en la fiesta de los santos Juan y Pablo), volvió. Mientras los habitantes del pueblo estaban en la iglesia, el flautista volvió a tañer su flauta, pero esta vez fueron los niños los que lo siguieron al compás de la música y, luego de sacarlos del pueblo, los llevó hasta una cueva y nunca más los volvieron a ver.

Investigaciones posteriores a la de los Hermanos Grimm no descartaron que el cuento tuviera una base real, cual era que por aquellas épocas caracterizadas por la pobreza y las recurrentes hambrunas, los grandes señores feudales apelaran a los servicios de reclutadores de siervos que usaban los sones de una flauta para anunciarse en los pueblos y convocar especialmente a los niños que sus familias no podían alimentar, para trabajar en sus campos.

 

¿Llegó otro flautista?

Realidad o fantasía, hoy por hoy tenemos una situación similar a la de Hamelín del cuento. Un bello pueblo, pero caído en desgracia por una plaga de ratas que vienen arruinando a sus habitantes desde hace décadas. También creemos haber descubierto a nuestro flautista, un personaje aparecido tras las últimas PASO.

Efectivamente, tras esta elección de cuatro cuartos: abstencionistas, Milei, Bullrich y Massa –en ese orden–, parece haberse desatado la creencia de que tenemos al salvador que terminará librándonos de todos nuestros males. Pero, ¿es esto tan así? Vamos a ello.

Lo primero que hay que reconocer es que Javier Milei no es la causa de nuestros problemas, aunque tampoco su solución; es apenas el síntoma de lo que nos pasa, ya que la manifestación de un voto bronca no tiene muchos fundamentos intelectuales, aunque sí una gran adhesión desde la afectividad negativa de la bronca.

Lo segundo a considerar es que todavía no han tenido lugar las elecciones para presidente, pues las PASO –como lo indica su nombre– son sólo una interna partidaria. Esto pone en relieve la extraña postura de Milei y de varios de sus seguidores más cercanos de insinuar hacerse cargo en forma anticipada del Gobierno, lo que disparó la cotización del dólar y la caída de todos los indicadores bursátiles.

Por suerte la movida no prosperó y las cosas volvieron a la “normalidad”.

Lo tercero y más importante es el juicio que nos merecen las propuestas de gobierno que ha hecho trascender, a saber:

1) Su deseo expresado de gobernar por decreto, al margen del Poder Legislativo y el Judicial, es una clara postura antidemocrática, ya que no reconoce la división de poderes que determina nuestro sistema republicano.

2) El cierre del Banco Central de la República Argentina es una barbaridad, pues hasta países capitalistas y liberales, como los EE. UU., disponen de un sistema de banco central.

3) La dolarización de nuestro sistema monetario, sin explicar el cómo de tal jugada, que llegado el caso podría tener graves consecuencias financieras.

4) El aumento del duro ajuste solicitado por el FMI: no es poca cosa que su ídola política sea Margaret Thatcher, la famosa política británica conocida por haber reducido al Estado al punto de conocerse su receta como la ‘Enema Thatcher’, que dejó a miles de empleados estatales en la calle.

Por supuesto que tras su precario triunfo, Milei no ha sido inmune al difundido teorema de Baglini, que establece que las promesas de todo candidato son inversamente proporcionales a la proximidad a sus funciones de gobierno. Lo que, en términos de anécdotas políticas, nos recuerda aquella revolución productiva anunciada por un Carlos Menem candidato, que después terminó con la venta de las joyas de la abuela (las empresas públicas) y la destrucción de nuestro aparato productivo.

Por lo que lo hemos escuchado, ahora Milei está buscando bajarle el perfil a muchas de sus agresivas propuestas. Pero tal dualidad no deja de alarmarnos, pues ¿cuándo es que nos está diciendo la verdad?, ¿cuándo habla de desterrar a la casta, meter bala a los delincuentes? ¿O cuándo más tranquilo, afirma que solo se trata de una figura y que todo será fruto de un largo proceso no exento de sacrificios?

¡Sepa el buen votante votar!

 

El Doctor Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.