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Mendoza, pionera en la búsqueda del equilibrio para gestionar la crisis

La diputada nacional Claudia Najul analizó las medidas tomadas por el gobierno de Rodolfo Suarez

10 de noviembre, 2020 - 09:08

Algunas horas después de que el gobernador Suarez confirmara la habilitación de diversas actividades deportivas, culturales, educativas y sociales, a partir del decreto nacional que regula la nueva etapa del distanciamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país, hay algunas reflexiones que se caen de maduras.

Mendoza, una vez más, marcó el camino. En el ámbito provincial desde el minuto cero se buscó un equilibrio entre la situación sanitaria -que lógicamente exige restricciones y cuidados especiales- y la actividad económica-productiva. No compramos esa dicotomía falaz que pretendían imponer desde la Casa Rosada y que trazaba una división tajante entre salud y economía.

Suarez y su equipo comprendieron que la gestión de una pandemia exige de las autoridades medidas flexibles y adaptables, fruto de un trabajo de campo intenso junto a empresarios, trabajadores y ciudadanía en general. La rigidez de las soluciones prefabricadas atrasa y complica una realidad de por sí muy difícil para todos.

Aquí nadie tiene recetas mágicas ni lee el diario del lunes. Si la política en muchos casos supone rectificar errores y recalcular, el coronavirus ha ampliado enormemente ese juego. Vamos aprendiendo sobre la marcha y allí está, en buena parte, la explicación de la buena gestión local: asumimos desde el comienzo que esto iba para largo y que era insostenible prorrogar indefinidamente restricciones en el ámbito del trabajo y la producción.

Es una gran noticia el descenso paulatino de casos en la provincia, sobre todo en la zona metropolitana y los departamentos aledaños. Que el ritmo de contagios baje significa un alivio para nuestros hospitales y los profesionales que allí trabajan. Miles de médicos y enfermeros están trabajando hace meses, prácticamente sin descanso, para que el sistema continúe respondiendo ante la demanda de la ciudadanía.

No debemos confundirnos ante la mejora circunstancial de la situación epidemiológica de Mendoza y el país en general. Tampoco con el leve repunte de los indicadores económicos. Lo que está viviendo Europa con la segunda ola debe servirnos de ejemplo: las precauciones individuales y colectivas hacen la diferencia. Es fundamental que cada persona y cada familia continúe haciendo el esfuerzo de cuidar a los propios y a quienes los rodean. Es la única manera de transitar los meses que nos separan de la aplicación masiva de la vacuna.

Siempre que escribo sobre Mendoza y la Argentina, termina dándome vueltas en la cabeza la misma idea. ¿Cuánto más podríamos hacer si la Nación en lugar de frenarnos nos diera un empujón? ¿Si el reparto de fondos a las provincias fuera equitativo y dejaran de lado la lógica de chequera para los amigos y látigo para los que pensamos distinto? De cualquier manera, podemos tener la seguridad de contar con un gobierno provincial sensato, que tiene muy claro dónde estamos y hacia dónde vamos.