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La verdad, solo la verdad y nada más que lo que me conviene hacer

La dirigencia política defiende lo indefendible, afirma lo inaudito e ignora verdades en nombre de sus propios intereses, distanciada del bien generalizado de la gente

25 de abril, 2021 - 11:47

La pandemia de coronavirus continúa dejando al desnudo las actitudes que se irradian sin rubor alguno desde la dirigencia política, gremial y social.

Sectores que por el costado derecho dicen, afirman y defienden una postura y por el izquierdo dicen, afirman y defienden todo lo contrario.

Defienden lo indefendible, afirman lo inaudito e ignoran verdades, y todo en nombre de sus propios intereses que están a miles de kilómetros de distancia del bien generalizado de la gente.

La Administración nacional, con clara señal de golpear con mucha dureza al hombre que se ha colocado a la cabeza de la consideración de los argentinos, Horacio Rodríguez Larreta (41% de imagen positiva), sobre el presidente Alberto Fernández (27,6%) y Cristina Kirchner (25,1%) y la incontrolable embestida de la segunda ola de COVID-19, echó mano a todo sin medir consecuencias, incluso violando la Constitución Nacional.

Las excusas de peso –como cerrar escuelas y apretar hasta el límite de la asfixia a toda actividad económica del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), con utilización de todas las fuerzas federales, incluidas las Fuerzas Armadas– se enmarcan en intentar detener drásticamente el daño contagioso y mortal del virus.

Algo que toda la sociedad lo vería correcto y hasta lógico, pero no es así.

Porque el grueso de la sociedad sabe que esta gigantesca medida encierra solapadamente ensombrecer primero y desgastar después, la gestión de un hombre que molesta al kirchnerismo, autor intelectual de lo hecho por Fernández.

Paso que le cuesta al Presidente una demanda ante el Poder Judicial de la Nación por violar todos los derechos consagrados en la Constitución del país cuando otorgó el mismo rango de estado provincial a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)

La Nación viene haciendo agua en todo lo que dispuso para continuar enfrentando al coronavirus.

Desde cómo adquiere las dosis de vacunas y el desprestigio que no puede desprenderse con los vacunados vips.

Sus contradicciones contra las provincias que pretendieron adquirir dosis para inocular y se lo negaron, una cuestión que cambió descaradamente cuando la segunda ola nos cubrió a todos y las vacunas estaban a mitad de camino de que se alcance el objetivo de que casi todo el país esté vacunado con al menos de una dosis.

Este terreno beligerante y totalmente minado de contagios y de muertos colocó al país al borde del colapso total.

En Estados provinciales, como Mendoza, las medidas para enfrentar la pandemia son diametralmente opuestas a las que implementó la Nación.

Aquí no se cerraron las escuelas, no se restringieron las actividades económicas, fundamentalmente la gastronomía. Solo se pusieron límites de circulación en una franja horaria, reuniones familiares, sociales y deportivas.

Se apeló a la consciencia ciudadana para un cuidado que no están respondiendo los mendocinos.

Por el contrario, el aumento de contagios y de fallecidos crece sostenidamente y ya ha superado largamente a los números que arrojó la primera parte de la pandemia en el 2020.

El sistema educativo muestra con dramáticos ejemplos que algo se debería hacer frente a la muerte de docentes de distintos niveles.

Que el sistema de salud ya se saturó, con enfermos que colman los pasillos de los efectores públicos y privados, donde los profesionales están llegando al límite de saturación.

Muchos de ellos, como tampoco los docentes, todavía no fueron inoculados como estaba proyectado.

Todo un tema ligado a ese goteo de vacunas que llegan a la provincia, por lo que la denominada inmunización para bajar la mortalidad por el COVID-19 se hunde en responsabilidades que la Nación no asume.

Mientras, nuestra Provincia no escucha a nadie y está pensando demasiado cuestiones que debería resolver de forma inmediata.

Sobre todo, cuando le alcanzan propuestas como las del legislador Jorge Difonso, para para comprar vacunas con los fondos que tiene para construir Portezuelo del Viento. Obra que se aleja de concretarse frente a una cercana compra vacunas para salvar vidas de mendocinos.

Tanto la Nación como la Provincia están enfrascados en sus propios discursos y posturas meramente políticas electorales.

No escuchan nada ni a nadie, y solo echan mano al manual electoral y lo que éste les indica con la precisión especulativa de los que quieren ganar mucho y perder nada.

Aunque para ello digan la verdad, solo la verdad y nada mas que lo que les convenga hacer y decir.