|18/02/24 10:32 AM

El PJ en busca de un nuevo liderazgo después de la derrota

Cristina rompió el silencio y el peronismo ahora se afana por definir un nuevo liderazgo. Se disputa ese rol el gobernado bonaerense y la ex vicepresidenta pero todo depende de factores reales como gobernadores e intendentes

18 de febrero, 2024 - 12:38

No obstante que a los peronistas los une por ahora su confrontación con la política del presidente Milei, en el ámbito interno las actitudes no demuestran que esa unidad sea muy sólida o directamente esté en camino de perderse.

Desde la reaparición de Cristina Fernández con su documento de 33 páginas con mensajes hacia afuera pero también hacia dentro del espacio, las posiciones empezaron a moverse en distintas direcciones.

 

Lo esencial para los peronistas es definir un liderazgo que los agrupe después de ser derrotados por los libertarios en las elecciones presidenciales. Si bien lograron ser la primera minoría en el Congreso con cierto poder de bloqueo a nadie se le escapa que desde su creación en los años 40 siempre se han movido con liderazgos fuertes.

Esa disputa se va perfilando entre el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, el único dirigente con un respaldo electoral indiscutible, y los dirigentes de La Cámpora como el más destacado resabio del kirchnerismo clásico.

Por el momento el peronismo tradicional y su aliado el massismo no se han pronunciado en esta inminente disputa. 

Los gobernadores peronistas están en la durísima pelea que les ha planteado el Gobierno nacional con las promesas de fuertes ajustes que amenazan con debilitar su poder local y las posibles proyecciones hacia el escenario nacional.

Kicillof tiene ahora que manejarse sin los aportes incesantes del Tesoro Nacional que están totalmente vedados desde la Casa Rosada, lo que le depara un futuro incierto. 

Ambos, Cristina y el gobernador, se reúnen con gobernadores e intendentes, la primera para mantener su protagonismo y asegurar influencia y liderazgo: el segundo para medirse el traje de conductor buscando el apoyo de los intendentes que le son fieles mas el aporte de los sindicalistas más duros, el movimiento piquetero y el por ahora indeciso y silencioso massismo.

 

El excandidato sigue aconsejando mantenerse en silencio a la espera que la política de los libertarios siga dejando heridos que podrían sumarse al redil opositor.

Otro de los protagonistas con derecho propio en la contienda interna es Máximo Kirchner, jefe de La Cámpora y presidente del PJ bonaerense, cuyo mandato ha permanecido desde siempre en cuestión. No es un secreto la distancia entre el hijo de la exvice y el gobernador, desde hace tiempo ambos no se tienen mucha confianza.

También hay que considerar que varios dirigentes están pidiendo elecciones internas para redefinir las autoridades tanto en la provincia como a nivel nacional.

Para este último caso debería ser el expresidente Alberto Fernández, también titular del peronismo nacional, quien regrese de España y convoque a esas elecciones, aún sin candidaturas firmes ni excluyentes.

 

Si Cristina reafirmó su hegemonía en 2029 con el "dedazo" de designar a Alberto como su ineficaz delfín, cuya ineptitud le permitió volver al primer plano, ahora los planetas no le son propicios porque surgieron en el horizonte varios dirigentes que en público o en secreto empezaron a cuestionarla un poco por los resultados pero también por fatiga política.

Siempre se hace referencia a la imprevisibilidad de los peronistas ante situaciones difíciles, esta vez mientras hay sectores en estado deliberativo, hay un espacio donde no existen las vacilaciones, este es el sindicalismo liderado por el camionero Pablo Moyano  que con sus maneras poco elegantes ya está pidiendo renovación y bien se sabe que cuando el peronismo está dubitativo se acuerda de los trabajadores, o al menos de los que dicen representarlos.