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FOTOS | Encontraron 12 Ferraris abandonadas en un campo de EE.UU.

Esta es la asombrosa historia sobre cómo llegaron allí los exóticos autos de la marca italiana

Por Redacción

15 de mayo, 2019 - 18:08

Una serie de eventos desafortunados llevaron a una visión que rara vez vemos en el mundo de los automóviles: una docena de Ferraris estacionados en un campo y olvidadas, como si fueran poco más que una colección de etiquetas de trapo.

La razón por la que todos los autos terminaron abandonados en los terrenos es increíble. Pertenecían a un abogado adinerado que comenzó a coleccionar Corvettes antes de que se interesara activamente en los exóticos vehículos europeos.

Una vez que el hombre empezó a coleccionar Ferraris, nunca miró hacia atrás. Progresivamente, adquirió 13 ejemplares de la reconocida marca italiana, entre los que se incluyen un Testarossa, un 308 Quattrovalvole, un 400i, dos 328, tres 348 y un pequeño número de Mondials.

Por desgracia, el abogado fue diagnosticado con una grave enfermedad a fines de 2011. Antes de comenzar el tratamiento, se aseguró que los coches estuviesen en un lugar seguro y decidió dejarlos en la concesionaria de un amigo para venderlos.

Lamentablemente, su condición empeoró y perdió algunos pagos, en consecuencia los autos fueron trasladados del negocio a un campo.

Una vez que los pagos se habían reanudado, los autos nunca fueron devueltos a la agencia. Esta decisión llevó a que los costosos vehículos se fueran degradando significativamente con el correr de los años.

Los Ferraris se quedarían en el campo durante casi una década hasta que los procedimientos judiciales estuvieran completos y la familia pudiera tomar posesión.

Una vez transcurrido el tiempo, encontraron 13 títulos o facturas para Ferraris y dos títulos para Rolls Royce. Misteriosamente, tanto los Rolls Royce como dos de los Ferraris faltaban y nunca fueron encontrados: 11 de ellos siguen siendo Ferraris, de los cuales nueve tenían títulos.

La familia quería específicamente discreción en las ventas, así que acudieron a un reconocido vendedor local que aceptó ayudar.

Todos los autos necesitaban un importante trabajo para volver a ponerlos en marcha y restaurarlos, por lo que tendrían que ir a talleres de restauración para tener esperanzas de venderlos.

Finalmente, se llegó a un acuerdo para vender los nueve autos a un concesionario que podría tomarse el tiempo de encontrar a los propietarios adecuados. Actualmente, casi todos los coches tienen nuevos dueños, y se cree que pronto serán conducidos nuevamente.