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Emotiva carta de un joven hincha de Godoy Cruz

Por Redacción

03 de mayo, 2018 - 17:40

“Desde chico mi familia nunca me impuso nada, siempre me sentí libre de elegir prácticamente todo, excepto una cosa, Godoy Cruz. Desde el día que nací (12 de agosto de 1996), el club de mi abuelo, de mi papá y mis tíos estaba a punto de pasar a llamarse Atlético Mendoza. 

“Justo ese día, todavía pienso que algo más que coincidencia hay en que haya sido ese lunes bien temprano, mi viejo fue al hospital, nací, y se fue corriendo al club de su barrio a salvarlo junto con otros hinchas entre ellos mis tíos. Mi vieja pensaba que él había ido a inscribirme en el Registro o algo así. Pero él se fue al Gambarte a tomar el club para que su hijo recién nacido pudiera compartir su pasión y sus colores. Y no le recrimino haberse ido del hospital, es más, se lo voy a agradecer toda la vida. Después de eso, ya con 9 meses me llevaron a la cancha por primera vez. Fue el 10 de mayo del 97 contra  Argentinos Juniors y hasta el día de hoy nunca dejé de ir, aunque los primeros años me haya pasado tardes en el Gambarte juntando papelitos en vez de mirar el partido. 

“Cuando fui creciendo, no sé bien en qué momento algo se encendió, y desde ahí siento Godoy Cruz como una parte de mí a la que no puedo fallarle, donde no puedo faltar. Cada almuerzo en la casa de mi abuela en calle Rioja se hablaba de Godoy Cruz; cada Navidad en casa de los Hualpa se hablaba de Godoy Cruz. Toda mi familia paterna era y es de Godoy Cruz. Tengo siempre las palabras de mi viejo cuando salimos campeones en la cancha de Ben Hur en el 2005.

“Si mi papá estuviera vivo se muere”. Y sí, cómo se iba a imaginar que su club de barrio, de Liga Mendocina iba a llegar a Primera. Y mirá dónde llegó después... 

“En ese entonces ya era un enfermo. Respiraba Godoy Cruz junto a mis compañeros de la Primaria, Leandro, Julián, Ricardo, Nacho y Franco. Todas las mañanas cantando canciones de cancha en el colegio esperando que llegue el fin de semana para ir religiosamente a la cancha. 

“En la Secundaria me encontré con otros amigos que compartían lo mismo que yo y cada vez la enfermedad fue creciendo. Con mi viejo, mis tíos y mis primos viajamos a todos lados. Igual, qué voy a saber yo de viajar a todos lados. Si yo nací en la gloria. Ellos sí fueron a ver al Tomba a Catamarca, Salta, Santiago del Estero, y sin ir más lejos, Palmira, a Las Heras, Luján y San Martín. Yo tuve la suerte de ver a Godoy Cruz en Brasil, Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Perú. Pero siento que si por alguna catástrofe futbolística enorme el Tomba volviera a recorrer el interior a jugar en canchas prácticamente de tierra, no cambiaría nada. Ahí estaría igual. Godoy Cruz maneja casi totalmente mi estado de ánimo. Es lo que soy y lo que más me mueve. 

“Ojalá algún día tenga la oportunidad de ayudar al club verdaderamente desde otra posición y no siempre desde la tribuna, a donde nunca voy a faltar. Ahora me voy, que tengo que renovar el pasaporte. En febrero hay que viajar y apoyar al club. Gracias viejo, de corazón”.

*Nota escrita por Manuel López