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Preocupante muerte masiva de cabras en el sur de Mendoza

Ocasionada por los incendios ocurridos en agosto pasado, que provocaron la pérdida de pasturas, los puesteros de El Sosneado están pasando por una situación muy difícil.Piden la ayuda del Gobierno para evitar que el efecto sea más grave aún

23 de octubre, 2018 - 08:08

Los recientes incendios que afectaron más de 8 mil hectáreas de la zona de El Sosneado (San Rafael), dejaron como consecuencia directa graves perjuicios económicos a humildes puesteros de esa zona. 

Hoy, los pequeños productores enfrentan sin agua, sin pasturas y sin apoyo de ningún organismo municipal o provincial la mortandad de cientos de chivos. 

La única actividad productiva o económica que se puede desarrollar en esa zona es la cría de caprinos, un modo de vida del que depende un número importantes de familias que allí están instaladas, en su mayoría de generación en generación.

El Ciudadano mantuvo comunicación con Elio Navarro, José Gil y Jorge Vargas, puesteros del lugar, quienes expresaron que “los incendios en nuestra zona tomaron más de 8 mil hectáreas. Se los pudo controlar y el perjuicio fue mayormente de 4 mil hectáreas. Ahí todos los puesteros nos amontonamos con nuestro ganado. Pero somos muchos y nuestros animales necesitan mucho pasto”.

Consultados acerca de si fueron asistidos, los humildes productores contestaron: “Nos ayudaron a apagar los incendios y luego prometieron que vendrían con alimento para nuestros animales”. 

Y agregaron: “En esta época tenemos chivas que están pariendo en los corrales y como no pueden salir al campo, porque no hay pasto, las crías se mueren porque sus madres no tienen leche”. 

“Es muy feo para nosotros ver morir a nuestros animales. Con ellos se van nuestros sacrificios y el modo que tenemos para educar y alimentar a nuestra familias”, reflexionaron.

“Estamos desesperados”

La situación del campo Los Buitres es quizá la más grave. Desde ese lugar, el puestero Jorge Vargas aseguró: “La muerte de nuestros chivos es total. No hay pasturas por los incendios, no hay agua porque no llueve desde hace mucho. Estamos desesperados porque es el único medio que tenemos para vivir y que vivan nuestras familias”. 

“Muchos de los puesteros de acá estuvimos entusiasmados con la importante parición de nuestras chivas, que nos dieron buen número de crías. Eso nos decía que podíamos vender un número importante de cabezas. Hoy con mucha impotencia vemos que la muerte de nuestros chivos es casi total”, reflexionó.

Otro puestero, con mucha resignación dijo: “Si el Gobierno (municipal o provincial) hubiera cumplido con nosotros, el daño no sería tan grave. Solo le solicitamos pasto para los animales grandes y leche para las crías. Esto último se puede conseguir de esa leche vencida que no utilizan los supermercados y que sería la salvación de nuestros chivos recién nacidos. Porque las cabras, flacas y moribundas ya no  pueden alimentar a sus crías”.