|02/07/22 09:40 AM

Murió a los 93 años el represor Miguel Etchecolatz

Se encontraba internado bajo custodia policial en una clínica de Merlo desde hace varias semanas por problemas de salud, debido a los cuales había sido beneficiado con prisión domiciliaria a principios de junio.

Por Redacción

02 de julio, 2022 - 09:40

El director de Investigaciones de la Policía capitalina durante la última dictadura cívico-militar, que gobernó el país entre 1976 y 1983, Miguel Osvaldo Etchecolatz, falleció este sábado a los 93 años, y su figura será recordada en la historia argentina por ser uno de los principales responsables y ejecutores del período más oscuro del país. Cumplía varias condenas por delitos de lesa humanidad,

Etchecolatz murió a las 5:30 de hoy en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial.

Nacido en la ciudad de Azul el 1 de mayo de 1929, Etchecolatz murió con múltiples condenas a prisión perpetua, acusado por diversos crímenes de lesa humanidad, mediante sentencias dictadas en los años 1986, 2004, 2006, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2021 que fueron unificadas en una pena única de reclusión.

En mayo, el expolicía había sumado su novena condena a prisión perpetua, por los secuestros y torturas de siete personas y el asesinato de cuatro más. Su octava sentencia databa de diciembre del 2021, en esa ocasión, por los crímenes y desapariciones ocurridos en la Brigada de Investigaciones de San Justo, un centro clandestino de detención que operó en la provincia de Buenos Aires.

Su nombre quedó asociado también con la desaparición de Jorge Julio López, en plena democracia, luego que la declaración judicial del albañil en 2006 como testigo fuera determinante en una causa en contra del expolicía, y por la cual fue condenado a reclusión perpetua.

Años después, el 24 de octubre de 2014, el represor y otros 14 exmilitares fueron condenados por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Cacha.

Mientras se leía la sentencia, Etchecolatz tenía en sus manos un papel donde se leía el nombre de Jorge Julio López, una imagen que resultó escalofriante a más de una década de retornada la democracia y en el marco del avance de los juicios de lesa humanidad.

Antes de que se deteriorara su salud y fuera hospitalizado, se encontraba cumpliendo sus penas en la cárcel de la localidad de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires.