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Eugenio Semino: "Gane quien gane, siempre pierde el jubilado"

El cambio de la fórmula para el cálculo jubilatorio nuevamente deja al sector en clara desventaja. El análisis del Defensor de la Tercera Edad pone en perspectiva varias décadas de frustración y desamparo en el que se condena a vivir a millones de pasivos

07 de diciembre, 2020 - 07:49

Uno de los más profundos conocedores de la realidad previsional es Eugenio Semino –médico gerontólogo, además de defensor de la Tercera Edad–, quien en diálogo con CNN Radio Mendoza analizó en profundidad cómo los últimos cambios de fórmula para el cálculo de haberes terminó siempre jugando en desmedro de la clase pasiva, realidad que se repetirá, según su pronóstico, con esta última modificación.

“En realidad lo que se ha manifestado muy claramente es el abuso y el maltrato que genera el sistema político sobre el adulto mayor en la Argentina”, comenzó diciendo el especialista, “porque se discutió durante más de cuatro meses, en una comisión bicameral, el tema del cambio de fórmula. Me tocó, como a muchos otros, ser invitado a opinar al respecto, y mi opinión – que es la que vierto ahora- es que es completamente falaz discutir una fórmula u otra si no hay recuperación del haber del jubilado”.

Según su cálculo, “en los últimos tres años –desde diciembre de 2017 hasta este momento en que estamos hablando– el haber jubilatorio perdió el 40% de su poder adquisitivo. Por ejemplo, 6 puntos porcentuales en el cambio de fórmula del 2017 y 20 más en el 2018 y 2019 por aplicación de la fórmula suspendida”, explicó. Y agregó: “Esto no lo digo yo, lo decía el propio candidato (por el presidente Fernández), que cuando recién asumiera recuperaba esos 20 puntos muy fácilmente vendiendo las Leliq. No se vendieron las Leliq, hoy seguimos pagando los intereses y los jubilados recibieron la mala noticia que se suspendía esa fórmula que había dado tan malos resultados en el 18 y 19, pero que había generado la posibilidad de una recuperación este año porque se ajustaba sobre el último semestre del año pasado, con muy alta inflación”.

Semino consideró además que, “declarada la emergencia previsional –que nada tiene que ver con la pandemia, ya que fue anterior– lo cierto es que se dieron tres reajustes hacia la baja: el de marzo, totalmente distorsivo porque se aplicaron –por un supuesto principio de solidaridad– índices decrecientes, respetando el 11,56% que era el que había generado la fórmula para las mínimas, pero de ahí en más todos los índices fueron achicándose hasta el más pequeño, del 3,7% para las jubilaciones más altas”, lo que calificó como “un disparate que ya generó una enorme cantidad de juicios por parte de aquellos que tenían haberes más importantes. El tope de haberes era de$103 mil”. En síntesis, confirmó que en el año, con estos reajustes hechos por decreto, los jubilados perdieron entre 5 y 15 puntos de lo que debería haberse ajustado con la fórmula suspendida, y perdieron entre 7 a 14 puntos con respecto a la inflación.

Además, Semino indicó: “Estamos ante una disputa de interna política, y un Gobierno y un sistema que no contempla el marco dentro de lo que están debatiendo, ni a los seres humanos que están afectando, que son los mismos que este año, sobre 40 mil fallecidos por la pandemia, el 80% son adultos mayores”. Y agregó que “los cientos de mie tuvieron la enfermedad en su etapa aguda y la han sobrellevado, hoy tienen comorbilidades y la necesidad de tratamientos que no se están haciendo”, precisó.

Ello ocurre porque no se lo suministran las obras sociales, y tampoco tienen plata para hacerlo en forma privada. “Esas familias que antes de la pandemia ayudaban a sus adultos mayores, hoy no lo pueden hacer porque han visto disminuidos sus ingresos. Por lo tanto, estamos en una crisis sanitaria que sufren más los adultos mayores que es multidimensional, y el haber es uno de los puntos importantes, pero no es el único”, expresó.

Al referirse a los criterios de cálculo, señaló que “las dos fórmulas dieron un resultado muy malo en momentos de alta inflación. La que rigió entre 2009 y 2017 dio algunos años empate y algunos años algún pequeño índice a favor, y en los años de alta inflación perdió brutalmente, como 2012, 2014 y 2016”, precisando que en 2018 y 19, años de alta inflación, perdieron muy significativamente.

Para el especialista, “la fórmula, que es la que suele usarse en el mundo, debería ser la variación del salario del trabajador activo (más allá de lo que nos quieran hacer creer los funcionarios, la jubilación no es un subsidio, es un salario diferido), y en la Argentina, por las particulares distorsiones que tiene la economía, una cláusula de garantía por inflación, para evitar los desfasajes que se puedan sufrir”. Además, frente a quienes señalan que esta fórmula es una reedición de la de 2009, explicó: “Dicen que es la fórmula 2009-17 pero no es así, porque ha sido empeorada notoriamente.

Las dos variables que reajustan son el 50% en lo que es salario –ahí se tomaban dos índices en aquella época–, el Ripte y el índice de INDEC. De los dos índices se tomaba el mejor, pero ahora quedó un solo índice, que es el Ripte”. Además, “al otro 50% –que son impuestos destinados a la Seguridad Social– le han puesto, por si mejora la economía, un techo”, situación que explicó diciendo que “si este semestre hay una recaudación de 100 y el próximo es de 200 porque estalló el consumo, se va a tomar 100, la de este trimestre más un 1,3%, ahí está el techo”.

Entonces, “si le va bien al país no le va bien a los jubilados, y si le va mal tampoco le va a ir bien a los jubilados porque no tiene piso”, indicó Semino. La conclusión del Defensor de la Tercera Edad es desoladora: “Da la sensación de que, gane quien gane, siempre el que pierde es el jubilado”.