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Cuarentena, comodidad y silencio económico

10 de mayo, 2020 - 21:48

Cuando comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio, allá por el 20 de marzo, todos estábamos pendientes de qué se trataba esta medida, de saber qué íbamos a poder hacer o no hacer y de qué se trataba esto que jamás habíamos vivido. Como todo lo nuevo, teníamos esa curiosidad de estar al tanto de qué podía llegar a venir y cómo lo tomaría la sociedad en su conjunto, si realmente estaríamos a la altura de las circunstancias o si desentonaríamos una vez más como estamos acostumbrados los argentinos. Pero realmente lo que más nos desvelaba era, qué pasaría en nuestro país, si explotaría o no el sistema sanitario, si nos pasaría o no lo que vivían otros países de Europa o podríamos salvarnos de esa debacle total, nunca vista, por lo menos en este último siglo.

¿Quién no podía estar de acuerdo con esta medida? Era algo obvio que había que tomar esa decisión, más viendo lo que estaba pasando en muchos países del mundo, donde el sistema de salud estaba explotado, donde las camas de los hospitales no alcanzaban, los respiradores eran un anhelo inalcanzable y los profesionales de la salud eran o son los mayores héroes de los últimos 100 años. Sin dudas, esta fue la mejor decisión tomada por el presidente, por gobernadores e Intendentes, todos unidos por el mismo objetivo, tratar de afrontar esto inédito de la mejor manera posible y asumiendo las mismas responsabilidades todos los efectores políticos, sin quedar pegados en decisiones mal tomadas ante esto.

Ahora que han pasado cincuenta días desde ese comienzo, no hay dudas que hay una cierta comodidad en la figura del presidente de la nación. Donde parece que le vino perfecta esta pandemia para poder instalar esta falsa dicotomía entre “salud o economía”, decirnos que es una u otra, sabiendo todos que no hay forma de tener buena salud si no va de la mano de un sistema económico sustentable y estable, que prevea seguridad jurídica. Esto deja al descubierto que la Argentina estaba necesitando algo extraordinario para ocultar el desastre económico que tiene, y no sacar al descubierto que el gobierno no tiene ningún plan económico para afrontar la grave situación que se está viviendo y que todas las promesas demagógicas de campaña, no se pueden cumplir bajo ninguna circunstancia.

Tenemos presente, que la sociedad en su mayoría, ha aprendido a convivir con las medidas de seguridad necesaria en esta emergencia sanitaria. Todos sabemos que no podemos salir de nuestras casas sin un barbijo o tapabocas (como quieran llamarle), que tenemos que lavarnos las manos con frecuencia y que tenemos que estar atentos a no estar pegados a personas y cumplir con el distanciamiento social, obviamente entre tantas otras cosas, pero es obvio que todos ya sabemos y hemos adquirido estos hábitos de vida. Ahora que hemos pasado a otra etapa de la pandemia, nos empezamos a preguntar y preocupar por las cosas que también son importantes para la salud de las personas y que marcan la vida de los argentinos, como es el tener pesos en los bolsillos, para poder comer.

Hoy gobernadores e intendentes, piensan día a día como reavivar la economía de sus lugares, de hecho se han flexibilizado muchas medidas, permitiendo a diferentes actividades poder volver a funcionar y comenzar a reactivar de a poco la rueda económica, esa tan vapuleada y castigada permanentemente, donde las distintas regiones del país, son las que más sufren y que con esta situación, ya no hay forma de sostener lo que viene en decadencia hace tantos años.

Sin lugar a dudas, que el gran desafío de los gobernantes, será el tomar decisiones acertadas en el sistema sanitario y en el mismo acto, tratar de ir volviendo a la normalidad de nuestras vidas. Estamos seguros que nada volverá a ser lo mismo, que esto nos dejará enseñanzas de vida y quedarán para siempre en nuestro ADN, tendremos que aprender a convivir con esto, hoy es el COVID-19, pero como vemos el mundo, puede surgir cualquier situación que nos interpele y ponga a prueba nuestro día a día y es ahí donde todo esto se convierte en aprendizaje, será nuestra responsabilidad poder enfrentar con inteligencia y cuidado estos problemas, que ya serán más comunes en la humanidad.

En el departamento que vivo (Rivadavia), actualmente se ha habilitado el comercio en general, analizando si esta semana se le da apertura a actividades como son los gimnasios y espacios verdes de recreación; la provincia a la cabeza del gobernador Rodolfo Suarez, en sus Departamentos más habitados, también va en esa medida, con decisiones a pasos firmes, manteniendo la educación social y control estricto en los cuidados sanitarios, como la utilización de barbijos, salidas por terminaciones de DNI y distanciamientos entre personas, pero se va logrando con la responsabilidad y seriedad de todos. Veremos si nuestro Presidente se anima a tomar este tipo de medidas y deja de pasar por alto la situación económica de todos los argentinos, cubriéndose en la comodidad de la Emergencia Sanitaria.