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Caso Fernando: el Servicio Penitenciario alertó sobre la salud mental de los rugbiers

Máximo Thomsen y Enzo Comelli serían los más afectados de los cinco que recibieron prisión perpetua y reciben constantemente asistencia psicológica

Por Redacción

12 de febrero, 2023 - 20:09

Luego de ser condenados por la muerte de Fernando Báez Sosa, las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) alertó sobre la salud mental de los 8 rugbiers. La preocupación está centrada en los que recibieron prisión perpetua, ya que trascendió que padecen depresión que podría llevarlos a que atenten contra sus vidas.

Según le revelaron a NA fuentes del SPB,  "los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen", al tiempo que indicaron que "hay temor de que alguno pueda suicidarse".

En el tiempo que llevan detenidos, los jóvenes "jamás se pelearon a golpes de puño", porque los guardias los tenían "bien custodiados", si bien "pudo haber ocurrido alguna discusión, no pasó de eso", precisaron las fuentes consultadas ante el hermetismo del SPB.

 

 

Los ocho rugbiers estuvieron todo este tiempo en la alcaidía de Melchor Romero, pero entre el 1 de enero y el 6 de febrero fueron alojados solos en un penal de Dolores por el juicio que se llevó a cabo y por el que le dieron la pena de prisión perpetua a Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli, mientras que recibieron 15 años por ser partícipes secundarios Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi.

Una vez concluido el juicio que los condenó, volvieron a Melchor Romero y se encuentran a la espera de ser trasladados a un penal para cumplir la condena -se pidieron ocho cupos en la Unidad 57 de Campana- la preocupación del SPB crece y mucho por la situación emocional de los ocho.

"Ellos estaban mal antes del juicio, imaginate ahora ya condenados de esta manera", explicó la fuente penitenciaria consultada por la agencia de noticias.

 

 

No solamente las penas que recibieron fueron de alto impacto para los detenidos, ya que trascendió que sufrieron el secuestro de los teléfonos celulares de Comelli y Cinalli, porque se descubrió que usaban redes sociales, algo que está prohibido dentro de la cárcel, porque solo se pueden hacer llamadas a familiares y allegados.

Esto fue confirmado por uno de ellos, quien habló con un funcionario del Servicio Penitenciario Bonaerense y expresó su dolor y le dijo algo así: "Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos". Esa frase alertó, por lo que se pidió un extremo cuidado de los ocho.

Ante esta situación, el Servicio Penitenciario Bonaerense ha tomado medidas para garantizar el cuidado de los presos, especialmente de Thomsen y Comelli, quienes han requerido asistencia psicológica y han pedido tener acceso a biblias y a un pastor evangélico.