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Más de 320 mil personas pasan hambre en el Gran Mendoza

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que mide la pobreza multidimensional, esos son los números en el área metropolitana, y también agrega un fuerte empobrecimiento de las capas medias

Por Redacción

01 de junio, 2021 - 07:29

Los informes que con regularidad emite el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina se han convertido, con el tiempo, en una fuente de consulta permanente por la seriedad de los estudios y también por lo metodológico, que ofrece mucha más precisión e información que la simple medición de los ingresos económicos.

En su último estudio sobre Mendoza, donde desde hace poco tiempo funciona una filial de observatorio, los datos son muy alarmantes. Diego Santamarina, economista y profesor de la UCA, conversó con CNN Radio Mendoza, donde expresó: “La buena noticia es que hace poco tiempo inauguramos en Mendoza la sede del observatorio que viene midiendo la pobreza con alta reputación, y como cuenta con datos propios, tenemos la suerte de tenerlo en Mendoza y procesar datos que, en este primer informe que hemos lanzado, tienen que ver con el Gran Mendoza”, y agregó: “Próximamente podremos estar informando sobre la provincia, en general, y la región de Cuyo, en particular”.

Para el profesional: “Lamentablemente, lo que vemos en Mendoza es que en el tema pobreza acompaña la tendencia creciente de lo que sucede en todo el país”, y resaltó: “Además de medir temas de ingreso, la UCA mide otras seis dimensiones de derechos constitucionales adicionales, y ahí es donde Mendoza, por lo menos, no está tan mal”. Eso es lo que denominan la multidimensionalidad. “Además de medir el dinero, medimos cómo está la gente en salud, en vivienda digna, medio ambiente, educación y demás. Son seis dimensiones y dentro de cada dimensión hay tres indicadores”, sostuvo.

En esa multidimensionalidad es donde destaca que, para Mendoza, “la parte positiva es que no acompaña la tendencia negativa del total del país. Pero la mala noticia es que la pobreza y su versión más extrema que es la indigencia van empeorando a lo largo del tiempo, pero no estamos tan mal en término de derechos”.

Haciendo un repaso de anteriores estudios, señaló: “El nivel de pobreza nos daba el 13,7% el año pasado, y un 12,4% en lo que llamamos la pobreza estructural, que es la pobreza extrema”. A la vez, profundizó el análisis con otros factores: “Adicionalmente, si uno abre esos números, por ejemplo, el nivel socioeconómico, casi el 60% de la población del nivel muy bajo es pobre. Además, ese 60% se mantiene a lo largo del tiempo, estructuralmente alto y es difícil que esas personas salgan de esos esquemas y pasen a otro”.

Santamarina marcó otro punto preocupante al señalar: “Por ejemplo, estamos viendo que las clases medias también se están acercando, y van aumentando su porcentaje de pobreza. En el informe, cada uno de los datos están abiertos si es varón o mujer, si tienen hijos o no, en el tema hijos la diferencia es asombrosa”, y acotó: “Cuando hagamos la encuesta a mitad de año, se verá el efecto de la pandemia, aunque lo visto el año pasado, en realidad, viene a profundizar una situación que ya viene, la tendencia es pareja y creciente”.

También se refirió a cuáles de esos aspectos que toman en cuenta se ven con más influencia y cuáles no: “En cuanto a las dimensiones analizadas, por ejemplo, el año pasado vimos más hacinamiento en las viviendas, porque estuvimos más encerrados, pero, por ejemplo, la salud el año pasado curiosamente se ve que no empeora, y esto es básicamente porque la única enfermedad que existió el año pasado fue el COVID. El resto es como que se cuidó un poco más y como que no hubo escasez de atención de salud”.

El analista concluyó señalando: “Con el confinamiento, el COVID afecta sobre todo la parte monetaria, de ingreso y del trabajo”.