|11/08/23 02:54 PM

La Nación más pequeña del mundo: la increíble historia de Sealand

Sealand, fundada por Roy Bates, es una Nación independiente que está ubicada en el mar. Tiene una comunidad internacional de 300 ciudadanos y se nutre de energía renovable y autosuficiencia hídrica

11 de agosto, 2023 - 14:57

En las aguas frente a las costas del Reino Unido se encuentra una micronación única y fascinante conocida como Sealand. Este principado tiene apenas 550 metros cuadrados de territorio. Su origen se remonta a la audaz ocupación de una plataforma militar abandonada durante la Segunda Guerra Mundial por parte de Roy Bates. Lo que comenzó como un intento de establecer una estación de radio ilegal evolucionó en un país autoproclamado con su propia moneda, una familia real y ciudadanos globales.

Sealand: la Nación más pequeña del mundo

El Estado Insular está ubicado en el mar del Norte, a diez kilómetros de la costa de Suffolk, Inglaterra.

Su forma de gobierno es una monarquía constitucional parlamentaria unitaria, encabezada por el príncipe Michael I desde 2012. El Principado Marítimo reclama soberanía sobre el área de la plataforma y sus aguas territoriales, aunque ningún país ha reconocido su legitimidad. Algunos datos curiosos sobre Sealand son:

  • Se fundó en 1967 por Paddy Roy Bates, un exmilitar y locutor de radio pirata, quien se autoproclamó príncipe Roy de Sealand.
  • En 1978, un grupo de mercenarios alemanes y holandeses intentó invadir Sealand y secuestrar al príncipe Roy, pero fueron repelidos por su hijo Michael, que los tomó como prisioneros de guerra.
  • En 1987, Sealand ganó un caso judicial contra el Reino Unido, que reconoció su existencia de facto al no reclamar jurisdicción sobre el incidente de la invasión.
  • En 2006, Sealand sufrió un incendio que dañó gran parte de su infraestructura, pero fue reconstruido con la ayuda de donaciones internacionales.
  • En 2007, Sealand se puso a la venta por 750 millones de euros, pero no se concretó ninguna oferta.

El camino hacia la fundación de Sealand no estuvo exento de desafíos y valentía. Roy Bates, impulsado por su deseo de establecer una estación de radio propia en una zona que técnicamente no estaba bajo la jurisdicción del Reino Unido, decidió ir más allá y proclamarse príncipe de este territorio insólito. Diseñó una bandera, una moneda, un pasaporte e incluso un sello de inmigración, sentando los pilares de una nación independiente en medio del océano.

La energía eólica y solar brindan electricidad, mientras que el agua corriente se obtiene a través de la lluvia.

La infraestructura de la micronación costera no deja de sorprender. Sus torres albergan habitaciones, una cocina completa, un salón, baño, gimnasio e incluso una capilla multiconfesional. Además, cuenta con una peculiar característica: una cárcel que alguna vez alojó a un individuo acusado de traición.

A pesar de su tamaño modesto y su estatus no reconocido, la Nación Oceánica ha logrado forjar una comunidad internacional de 300 ciudadanos globales, cada uno compartiendo la visión de construir un nuevo país en aguas internacionales.