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El satélite ERS-2 caerá en diversos puntos de la Tierra

Con imágenes impactantes de su regreso a la atmósfera, el ERS-2 marca el fin de una era en la exploración espacial

Por Redacción

23 de febrero, 2024 - 14:54

Con el peso y tamaño de un rinoceronte macho adulto, el satélite ERS-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA), se encuentra en sus últimos momentos en órbita. Lanzado en 1995, este gigante espacial se desintegrará en la atmósfera terrestre en las próximas horas, dejando caer posibles fragmentos en varios puntos de la Tierra debido a su gran tamaño.

Incertidumbre y supervisión constante

La Oficina de Desechos Espaciales de la ESA monitorea de cerca el descenso del ERS-2, aunque su reingreso a la atmósfera no puede ser precisamente predicho. La última estimación sugiere que ocurrirá alrededor de las 16:41, hora española, del viernes 1 marzo, con una pequeña margen de error. Sin embargo, la actividad solar impredecible puede influir en este proceso, complicando las predicciones.

A pesar de la incertidumbre, la ESA asegura que el proceso es "normal y seguro". Las probabilidades de que alguien resulte herido por un fragmento del satélite son mínimas, y es más probable que caigan en el océano. Además, se garantiza que cualquier fragmento no contendrá sustancias tóxicas ni radiactivas.

Fuente: LM Neuquén

El ERS-2, junto con su predecesor ERS-1, ha proporcionado valiosos datos sobre el cambio climático, la superficie terrestre, el nivel del mar y la química atmosférica. Estos satélites equipados con instrumentos avanzados han sido fundamentales para comprender el impacto humano en el planeta, incluso antes de que el cambio climático fuera ampliamente reconocido.

Fuente: LM Neuquén

Tras completar su misión en 2011, el ERS-2 inició su proceso de desorbitación para garantizar su eliminación segura. La gestión de desechos espaciales se vuelve cada vez más crítica con cada lanzamiento de satélites, buscando mitigar la acumulación de desechos en órbita.

La empresa australiana HEO capturó imágenes del ERS-2 durante su reentrada a la atmósfera, marcando el fin de su ciclo en órbita. A medida que cae a una velocidad creciente, el satélite pronto se desintegrará por completo, dejando su huella en la historia espacial y científica.