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Activistas protestan tirando sopa a la Mona Lisa en el Louvre de París

La famosa pintura de da Vinci vuelve a ser el foco de activistas, esta vez con sopa. Si bien la obra se encuentra detrás de un vidrio de seguridad, no es la primera vez que sufre ataques

Por Redacción

28 de enero, 2024 - 12:18

La Mona Lisa, la icónica pintura del siglo XVI de Leonardo da Vinci, fue objeto de un peculiar acto de protesta en el Museo del Louvre de París. Dos activistas, con camisetas que rezaban "Riposte alimentaire" (respuesta alimentaria), lanzaron sopa al famoso cuadro, protegido tras un cristal a prueba de balas que ha resguardado la obra desde la década de 1950.

La acción, registrada en un video difundido en redes sociales, mostraba a los manifestantes arrojando sopa sobre la pintura mientras exigían el derecho a una alimentación sana y sostenible. Su protesta se centraba en denunciar la condición enferma del sistema agrícola. En respuesta, los agentes de seguridad del Museo del Louvre colocaron pantallas negras alrededor de la Mona Lisa y evacuaron a los activistas de la sala.

París ha sido escenario de protestas agrícolas recientes, con manifestantes reclamando la reducción de los costos del combustible y la simplificación de las regulaciones. Este incidente en el Louvre se suma a la serie de acciones dirigidas a la Mona Lisa a lo largo de los años.

La Mona Lisa, está protegida por un cristal de seguridad desde la década de 1950 debido a un ataque con ácido, ha sido blanco de diversas manifestaciones. En 2019, el museo instaló un vidrio a prueba de balas más transparente para reforzar la protección. En 2022, un activista lanzó pastel al cuadro, instando a la reflexión sobre el medio ambiente.

Fuente: X @PaddyDoubleMs

La historia de la Mona Lisa también incluye su famoso robo en 1911 por Vincenzo Peruggia, empleado del Louvre. Escondido en un armario durante la noche, Peruggia se llevó la obra, que fue recuperada dos años después en Florencia, Italia, cuando intentó venderla a un anticuario. Estos incidentes destacan la vulnerabilidad percibida de la pintura y la atención continua que atrae, no solo como obra maestra artística sino también como símbolo de protesta y reflexión.

Este último acto de tirar sopa a la Mona Lisa refleja la creatividad de las manifestaciones y plantea cuestionamientos sobre la seguridad y protección de las obras de arte en espacios públicos, subrayando la intersección entre el arte y las expresiones de disconformidad social.