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Un optimista: Massa ya piensa en el Presupuesto 2024 con superávit fiscal “robusto”

El secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, adelantó que, si se alcanza esa meta, se puede avanzar en “relajar las restricciones cambiarias” porque el año que viene ingresarán US$ 45.000 millones más

Por Redacción

31 de agosto, 2023 - 12:30

El Gobierno nacional ya trabaja en el proyecto de ley de presupuesto 2024, que tiene como fecha límite para su presentación en el Congreso el 15 de septiembre. En las últimas horas, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, anticipó en una charla en la Universidad Torcuato Di Tella, que el equipo económico prevé un superávit “robusto” para el año que viene y aseguró que lo más difícil no será alcanzar ese objetivo, sino “mantenerlo en el tiempo”.

Según cita Ámbito a fuentes oficiales, de forma complementaria se enviará al parlamento una "separata" para debatir el gasto tributario. Además, Rubinstein aseguró que existe la idea de "relajar las restricciones cambiarias" con los US$ 45.000 millones extra que ingresarán.

Ante lo que definen como una serie de shocks negativos a nivel “político y económico”, en el Ministerio de Economía buscan un ancla para las expectativas.

Horas antes de las elecciones primarias, desde la cartera difundieron la agenda que abarcaría Sergio Massa en los días siguientes a las PASO. Entre esos puntos, se destacaba el trabajo con la Secretaría de Hacienda y otras áreas para la elaboración de un presupuesto con “déficit cero”.

Ese postulado, ya supera la pauta de un resultado negativo 0,9% del PBI que se había acordado con el Fondo Monetario para el año que viene. Pero en las últimas horas, el secretario de Política Económica subió la apuesta y aseguró que trabaja en una hoja de ruta con un “superávit fiscal robusto” para el 2024. “Es la base necesaria, aunque no suficiente, para cualquier política de estabilización”, dijo el funcionario.

El Gobierno nacional evalúa, tal como hizo el año pasado, enviar una “separata” al parlamento para analizar los gastos tributarios que reúnen a todas las reducciones impositivas y que terminan mermando la recaudación. Según estimó un funcionario cercano a Massa estas exenciones en su conjunto orillan aproximadamente el 4,5% del PBI.

En un panel organizado por la Universidad Torcuato Di Tella, del que participó junto al diputado y referente económico de Patricia Bullrich, Luciano Laspina, Rubinstein auguró un 2024 auspicioso “con US$ 45.000 millones más”. Hasta se animó a anticipar que con ese escenario y, si se alcanza el superávit fiscal, “se pueden ir relajando una serie de restricciones en el plano cambiario”.

En ese sentido, para el economista y director de EPyCA consultores, Martín Kalos, un presupuesto 2024 con superávit “es viable, siempre que haya voluntad política y se pueda generar un cierto consenso”, ya que “hay que elegir donde se recortan los gastos y donde se prevé recuperar recaudación y luego habrá que definir un sistema tarifario que sea sustentable porque el actual mejoró, pero todavía no lo es”.

En general, los economistas coinciden en que Argentina recuperará en el 2024 ingresos que este año no tuvo producto de la sequía. No solo en concepto de retenciones, sino también en impuestos vinculados a la actividad interna en distintos sectores: logística, insumos, maquinaria agrícola, entre otros. Aunque el titular de la consultora Analytica, Ricardo Delgado, estimó que “será difícil tener superávit primario sin ajuste del gasto”.

Rubinstein destacó que alcanzar el superávit fiscal no es complicado y dijo que lo más difícil es “mantenerlo en el tiempo”. En esa línea, volvió sobre la experiencia de los años 2002, 2003, 2004 y 2005, como un ejemplo virtuoso de una macro ordenada, con un solo tipo de cambio, sin controles de precio, con inflación baja y casi sin limitaciones mínimas a la compra de dólares: “Se logró con Néstor Kirchner”, puntualizó.

Consultado sobre la cuestión, el funcionario sostuvo que “la unificación cambiaria y la salida del cepo hay que hacerlas lo más rápido posible, considerando como restricción que los riesgos de reversión sean bajísimos”. En ese sentido, argumentó: “Si sacamos el cepo y al año se vuelven a poner restricciones, habremos hecho las cosas mal, el desgaste institucional y la frustración se acentuarán”, en una referencia sin mencionarlo al gobierno de Mauricio Macri, que levantó todas las restricciones cambiarias en diciembre del 2015 para reimponerlas a finales del 2019.