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Fuerte baja en el consumo minorista y alta inflación, un cóctel preocupante

Las últimas cifras muestran que se acentuó la baja de ventas en el comercio al público, lo que adjudican al aumento de precios y pérdida de poder adquisitivo. A la vez, la gente rechaza tener pesos por la inflación y los gasta rápidamente, aun con poder de compra disminuido

07 de junio, 2022 - 07:35

La economía argentina atraviesa una serie de dificultades que, con el paso del tiempo, no parecen encaminadas a solucionarse. Pese al optimismo del discurso oficial, que habla de fuerte recuperación, el termómetro del comercio y la opinión de los especialistas parecen aportar suficientes pruebas en contrario como para prestarle especial atención.

Salvador Femenía, vocero de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indicó a Ciudadano News que bajaron las ventas minoristas en el mes que pasó: “Bajaron las ventas medidas entre mayo del año pasado, contra abril de este año un 8,9%”, pero el dato desalentador es que “fue más importante la caída intermensual que interanual (3,4%). Obviamente, que está medido a precios constantes. El principal motivo es el aumento de precios que impacta en el poder adquisitivo de los salarios, se estaba midiendo sobre el mes de abril durante tantos meses, con índices de inflación que se mantienen en un nivel alto”, destacó, agregando: “Evidentemente termina impactando en el poder adquisitivo. Hay rubros donde, con una fuerte baja, tienen problemas de abastecimiento de mercadería, todo eso hace un combo que tiene este impacto”.

Además, todos los rubros medidos fueron a la baja, “el que menos impacto sufrió fue ferretería, y el que más textiles e indumentaria, la parte deportiva es la que menos cae que tiene que ver con algo que

venimos señalando que es el cambio de hábitos en el consumo de la gente, más esparcimiento y más cuidado de uno mismo”, destacó el entrevistado.
En este contexto, hasta eventos especiales de consumo, mostraron números en descenso: “El último Hot Sale fue la semana pasada, organizado por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, y no fue tan positivo como otras veces, no cubrió expectativas. Tiene un impacto en las ventas de comercio pyme, están incluidas dentro de la estadística, pero no sirvió para dar vuelta el índice”, destacó Femenía.

Ahora bien, sobre la degradación exacta del salario no hay números finos, pero el dirigente destacó: “Evidentemente la caída del salario real ha sido consistente. Creo que lo que gana un trabajador formal y lo que puede hacer con su salario, comparado con 20 años atrás, realmente es una diferencia bastante importante”, y agregó: “Si pensamos que hace diez años q ue el PBI no crece –durante la democracia solamente hubo un incremento del 34% del PBI– tenemos la pauta de que no hay para repartir, y que el ingreso de la población se ve disminuido porque la torta es más chica, o no crece de acuerdo al incremento de la población. El deterioro es constante, salvo algunas épocas como la salida de la crisis, durante la convertibilidad, pero estamos peor que hace unos años”.

 

Inflación desbocada

El gran enemigo de la reconstrucción de los ingresos y la capacidad adquisitiva es la inflación, enfermedad que parece crónica en nuestra economía, y Salvador Di Stéfano,  analista económico, expresó: “El Gobierno tiene un gran déficit fiscal; la inflación es un fenómeno monetario y la gente se quiere sacar de encima los pesos rápidamente, entonces cuando cobra empieza a girar el dinero a mayor velocidad”, y en orden de agregar precisión, destacó: “Nosotros miramos los saldos de los bancos; si hace cuatro meses venís con los mismo saldos de dinero dentro de los bancos es porque la plata no se estaciona en los bancos, la gente la tiene en la mano y la rota más rápido. ¿Eso quiere decir que hay expansión económica?, no, de ninguna manera, quiere decir que vos antes te conformabas con viajar al exterior, ahorrar para una casa o un auto, ahora no llegas ni al auto, ni a la casa, ni al viaje y vas a ver Coldplay a Buenos Aires”.

Entonces, consultado sobre las posibilidades de ahorrar, remarcó: “Al auto no vas a llegar, porque hoy el auto más chiquito vale $2,5 millones  y la gente tiene un sueldo de $100 mil. La casa menos, y viajes al exterior ni pensarlo, porque un viaje a Europa te sale $400 mil, y los invito a que se fijen qué saldo tienen para usar en la tarjeta”.

En este contexto: “La Argentina está barata, pero te tenés que convertir en un especialista de tarjetas, tratar de tener la mayor cantidad de tarjetas posibles, aprovechar los beneficios y saber muy bien qué día cierra la tarjeta. Entonces, tenés que trabajar comprando el día después del cierre de la tarjeta e ir a comprar con la mejor tarjeta que tenga descuentos, es estratégico”.

 

Cambios de consumo

Por supuesto que esta realidad induce a cambios de hábitos de consumo. “Hoy la carne tiene un precio prohibitivo, un kilo de asado son $1.400 y con eso comprás 12 patamuslos”, explicó Di Stéfano: “Entonces, todos comemos más pollo que asado, es lo que tenés que hacer si querés ahorrar plata. Un kilo de nalga sale $1.300 y dos kilos de milanesas de carne de cerdo preparadas sale entre mil y $1.100, entonces, todos vamos a tener que cambiar el plan alimentario y tener otro ritmo, no desear cosas muy caras y tratar de ser felices, porque también hay una vida, teniendo poca o mucha plata hay vida, con otros gustos y otras cosas que podemos hacer”.

“Argentina es Narnia, o Stranger Things”, ejemplificó: “En Narnia hay dos mundos, uno adentro del ropero y otro afuera, en Stranger Things también, uno arriba y otro debajo de la tierra. Entonces, vos venís del mundo, ¿cuánto vale la soja en el mundo?, 640 dólares, ¿cuánto vale acá?, 250. O sea, en Narnia vale 250 dólares; ¿cuánto vale el petróleo en el mundo?, 120 dólares, en la Argentina/Narnia 600.

¿Cuánto vale el gas en el mundo?, 9 dólares y ¿cuánto pagás el gas en tu casa?, entre 1,5 y 2 dólares el millón de BTU. En la Argentina te cargan un camión con gasoil y cubiertas viejas para irse a Paraguay, vender el gasoil y volver con cubiertas nuevas”, y su conclusión fue que “Entonces, mientras vos estés en Narnia, es difícil que haya inversión”.