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Análisis del discurso de Milei: qué hay detrás del superávit y las reformas económicas

El presidente promueve el superávit fiscal como su principal política. Busca persuadir a la clase media y al mercado financiero de su viabilidad

Por Redacción

23 de abril, 2024 - 09:50

En cadena nacional, Javier Milei delineó su próxima estrategia política, desafiando las críticas de los economistas respecto al superávit fiscal. Argumentó que este logro no se debe solo a la inflación, sino también a recortes genuinos en el gasto público, reafirmando así su compromiso con el equilibrio fiscal como pilar fundamental de su gobierno.

El presidente enfatizó que este equilibrio no es solo una meta técnica, sino también una cuestión de principios para su administración. En vísperas de una protesta contra el recorte presupuestario en la educación universitaria, Milei dejó claro que no sacrificará su objetivo fiscal por ganancias políticas momentáneas.

El discurso, dirigido a múltiples audiencias, incluyó un mensaje para el mercado financiero, que ha mostrado confianza en el programa económico del Gobierno. Las acciones aumentaron un 6% y el índice Riesgo País alcanzó su nivel más bajo en cuatro años.

Si bien se especulaba sobre posibles medidas cambiarias, se estableció que el desarme del cepo cambiario sería una prioridad secundaria, tras la consolidación del superávit fiscal y la reducción de la inflación, según lo establecido en una reciente reunión con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El mensaje de Milei también apuntó a su base electoral, prometiendo un orden económico que fomente el crecimiento genuino. Se comprometió a castigar a "la casta" y no a los trabajadores, desafiando a la oposición y reafirmando su postura frente a las reformas propuestas.

Para los inversores privados y el FMI, Milei aseguró que no habrá relajación en la política de ajuste fiscal, a pesar de la resistencia política y las críticas de algunos sectores. Reconoció las dudas que su política genera, pero prometió que el ajuste fiscal sería sostenible y que eventualmente se aumentaría el gasto público.

"A diferencia de lo que muchos afirmaban, no sólo ha sido posible terminar con el déficit fiscal, sino que lo hemos hecho de una manera que es económicamente sustentable y moralmente deseable, ya que por primera vez en la Argentina no pagan justos por pecadores", afirmó el presidente en cadena nacional.

Sin embargo, surgieron preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo del superávit fiscal, dado el contexto de una economía en recesión y una caída en los ingresos fiscales. Además, hubo críticas sobre la postergación del pago de deudas, lo que cuestiona la verdadera solidez del equilibrio fiscal.

El discurso de Milei buscó mantener la agenda nacional centrada en su gobierno, desviando la atención de otras controversias, como las protestas en el ámbito universitario. Su mensaje, aunque recibió apoyo y críticas, estableció claramente su compromiso con la estabilidad fiscal y las reformas estructurales.

El superávit fiscal se está reduciendo mes a mes, al mismo tiempo que se vuelve más difícil recaudar impuestos en una economía en recesión. Los $625.034 millones del superávit de marzo representan una caída del 50% respecto al resultado de febrero y un 69% menos que en enero. Inevitablemente, surge la duda sobre si se podrá mantener el superávit en los próximos meses.

Si bien el Presidente no lo mencionó, quedó claro que el ahorro en el gasto jubilatorio ya dio todo lo que tenía que dar, ya que con la nueva fórmula de indexación, los haberes comenzarán a recuperarse. Una buena noticia para los jubilados, pero que siembra dudas sobre la sostenibilidad del equilibrio fiscal.

La "motosierra"

Marzo concluyó con un superávit primario de $625.034 millones, superando ampliamente la meta fiscal establecida por el FMI. Mientras que el Fondo requería un superávit de $0,9 billones, el Gobierno alcanzó un superávit de $3,8 billones, lo que le otorga un margen considerable para cumplir también con la meta del segundo trimestre, fijada en $1,9 billones.

El superávit se logró mediante fuertes recortes en jubilaciones, transferencias a provincias, obra pública, subsidios económicos y menos envíos a universidades. Las jubilaciones sufrieron una contracción del 32,5% en términos reales, mientras que las transferencias a universidades cayeron un 20% interanual.

Las transferencias discrecionales a las provincias se desplomaron un 76,1% real, en medio del conflicto por la Ley de Bases y el paquete fiscal que se debatirá esta semana en el Congreso. La obra pública fue el sector más afectado, con una caída del 86,9% en términos reales, incluyendo recortes del 87,6% en obras de educación y del 99,8% en viviendas.

El presidente Milei celebró el superávit fiscal de 0,2% del PBI logrado en el primer trimestre, argumentando que se gastaba en "rutas que no conducían a ningún lado".

Sumado al superávit comercial, el primer trimestre cerró con superávits gemelos, aunque a costa de fuertes ajustes en áreas claves.