|25/03/24 10:04 PM

Requiem para Juan Silverio Filizzola, el custodio del arco de la Lepra en los '60

El domingo pasado nos dejó el legendario arquero de la Lepra mendocina

25 de marzo, 2024 - 22:56

Su nombre está asociado a aquellos tiempos de porteros con rodilleras; de casacas de fútbol que pesaban toneladas luego de trajinar noventa minutos por campos de juegos duros, amarillentos y estadios llenos.

Asociado al júbilo sesentoso, a la esperanza de un mundo por hacerse, entre canciones de Los Beatles, la revolución del flower power, Piazzolla, Almendra, el trio Manal y Moris.

Se llamaba Juan Silverio Filizzola. Arquero de Independiente Rivadavia y referencia ineludible de aquel fútbol mendocino de alta escuela.

Un retador de duelos ante el Lobo, el Chacarero, la Academia, el Tomba, Andes Talleres, que eran la flor y nata en cada fin de semana del fútbol auctóctono.

Arquero de estirpe; “de los atajadores”, como lo recuerda Juan José Martínez, legendario periodista mendocino.

Filizzola falleció el domingo a los 83 años. De allí esta reseña y homenaje a uno de los nombres fundamentales de la cuyanía fobalera.

“Juan debutó en 1962 ante Deportivo Maipú. Ingresó por Raúl González y no salió más del arco. González era conocido porque una vez le hizo un gol de arco a arco a Pieruz de Godoy Cruz”, reseña nuevamente Juanjo Martínez.

Con Independiente Rivadavia se consagró campeón en los torneos de del 62, 67 y 68.

Fue participe de varios amistosos antes jerarquizados rivales que pisaban la provincia, llámese Santos de Brasil en donde atajó para Godoy Cruz. Con su azul del Parque se enfrentó a Bangu de Rio de Janeiro.

“Ese día se tapó todo. Como sería que se lo querían llevar y dijo que no. Juan tenía casa y un buen trabajo en Mendoza (era empleado en un banco) y prefirió quedarse acá”, reseña Juanjo.

Quizás su cénit en una competencia fue cuando con Independiente participó del Torneo Nacional de 1968. El Azul era su casa, sitio en el que interactuaba con el Curita Vergara, Carlos Villarruel, el cordobés Aliendro, Agustín Merlos, Braconi, Pescetti, el Arbolito López.

Atajó en Independiente Rivadavia hasta 1969 cuando sufrió una fractura. Volvió casi un años después y atajó poco. Sus dos últimos años como futbolista fueron en Deportivo Maipú, adonde se retiró.

Era apasionado de los entrenamientos y del deporte. Sus hijos tomaron ese legado aunque se inclinaron por el rugby, actividad en donde se destacaron.

Juan Silverio Filizzola, el cuyano Lev Yashin (gugleenló), ingresó en el área grande de la leyenda. Buen viaje, custodio de los 'Portones del Parque'.