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La cima me espera, estoy en el último escalón

“Se desvanece la ola, el equipo nos saluda desde el centro de la cancha, que alegría, qué emoción, sin palabras he quedado” (Al Atlético Argentino…)

10 de junio, 2020 - 10:33

Domingo, mediodía, sol, tibio sol, forcejea con mis párpados queriéndolos cerrar, yo lo dejo tal vez porque quiero soñar, tal vez porque quiero recordar.

La casa de pensión con el contrapiso gastado hace juego con el techo de palos y cañas. La galería resplandece con la mesa de madera, con el mismo color que las sillas de totora son los colores de Argentino; sobre la mesa una fuente con tallarines que se cansaron de esperar.

Voy por el pasillo, salgo a la calle, un vecino me saluda otro allá y otro más allá.

Camino una cuadra, me paro en la esquina, las calles del barrio Belgrano parecen peatonales, todos pasan con sonrisas como uniformados, todos en celeste y blanco.

¿Quién diablos iba a imaginar que el creador de la bandera coincidiera con su gente su barrio y sus colores? 

Me escabullo entre la gente, apuro el paso, solo quiero llegar; la calle Mitre es un hormiguero no se puede transitar, me cuelo por la puerta adonde está un barril parecido al hombre que cuida la entrada. Paso raudo sin antes meter unas monedas en el barril.

Cruzo por donde el petiso Suárez enseña: esquive y  cross, paso por las canchas de bochas, ya culmina mi llegar.

La cima me espera, estoy en el último escalón, de antemano sé que no podré bajar hasta que termine la Primera.

La radio chiquita me susurra al oído lo que en fila ya saldrán a la cancha. 

¡¡¡Ohhh!!! un descuido y la tribuna está colmada, solo transitan. 

Hay lugar para que ellos que traen “la artillería” de papelitos y serpentinas recolectadas en las imprentas cercanas al club. También los mellizos con jugosas mandarinas, “¡¡¡a peso a peso!!!”, a la tribuna cantarán.

El arquero ya se asoma en la entrada o la salida del túnel. Un tsunami de papeles, serpentinas y papelitos como una ola gigante, no me dejan ver por unos segundos al Titán de San José. Se desvanece la ola, el equipo nos saluda desde el centro de la cancha, que alegría, qué emoción, sin palabras he quedado, mis retinas se han nublado.  No me importa el resultado, solo te quiero alentar Atlético, un pedazo de vida ha pasado y lo haré con gusto hasta el final.

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