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A casi medio siglo de una defensa épica del Intocable en el Luna Park

Una de las noches más vibrantes en la historia de ese escenario fue cuando el gran Nicolino Locche boxeó siete rounds impedido de emplear el brazo izquierdo, y así y todo retuvo la corona mundial frente al español Domingo Barrera Corpas

Por Redacción

02 de abril, 2020 - 16:58

Se cumplirán este viernes 49 años de una de las noches más vibrantes en la historia del Luna Park, cuando el gran Nicolino Locche boxeó siete rounds impedido de emplear el brazo izquierdo, y así y todo retuvo la corona mundial frente al español Domingo Barrera Corpas.

Verdadero prodigio en el arte de defenderse, para muchos el mejor en ese indicador, libra por libra y de todos los tiempos, el mendocino Locche fue asimismo uno de los boxeadores que mayor fascinación promovió en el público porteño.

En el contexto de esa inquebrantable fidelidad, el 3 de abril de 1971 el Intocable, tal lo había bautizado el periodista Piri García, afrontó la cuarta defensa del título welter junior de la Asociación Mundial Boxeo (AMB) obtenido el 10 de diciembre del 68, en el Kuramael Sumo de Tokio, ante el hawaiano Paul Fujii.

Tras salir airoso en sus compromisos con el venezolano Carlos Morocho Hernández, el brasileño Joao Henrique y el estadounidense Adolph Pruitt, el español Barrera Corpas asomaba como un adversario de escaso riesgo, pero en el octavo asalto Locche sufrió una grave lesión en el hombro izquierdo.

Más temprano que tarde los espectadores registraron que algo no funcionaba bien en su ídolo y conforme transcurrió el combate se multiplicaron las voces de aliento.

El zurdo tinerfeño Barrera Corpas, que llegaba con una foja de 36 victorias y cuatro derrotas, persistió en una ofensiva tosca y productiva por momentos, que, de hecho, redundó en que uno de los tres miembros del jurado, Franchini, lo viera ganador por 148-146.

Los otros dos, en cambio, premiaron las destrezas de Locche, sus esquives y sus esporádicos golpes con el puño derecho: Sívori y Casas le otorgaron cuatro vueltas contra dos, para llegar a una tarjeta final de 148-146.

No bien terminada la pelea el español se creyó campeón (“gané yo, Rogelio, lo has podido ver”, le dijo a su entrenador, Rogelio Alberto) y también la prensa especializada de España, que pese a no haber tenido presencia en el Luna Park construyó el mito del despojo y “la paliza” (sic de un diario de las Islas Canarias).

La corona que esa noche defendió de manera airosa en condiciones muy desfavorables, Locche la perdió en marzo de 1972 a manos del panameño Alfonso Frazer y al cabo de un fallido intento de reconquista colgó los guantes en agosto del 76 con un notable récord de 135 combates, 117 triunfos, 4 reveses y 14 empates.