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El empate traicionero

“La pelota seguía rodando y ya estaba oscuro el ambiente, no se encontraban ni para darse un pase al pie, de noche...”

28 de mayo, 2019 - 14:57

Fue una jugada rara, pero de las que le pasan a cualquiera, las del barrio, ventajeras, esas en que te hacen el gol de puro traika nomás, pero no midió el dolor en el equipo rival, sabiendo que mañana jugaba quizás para varios de ellos…

Pasaban los minutos, y los ‘pelosucio’ de enfrente buscaban el empate hasta casi sin darse cuenta, porque a veces suele pasar que ni se dan cuenta… dicen que es cuando la traición no está planeada… vaya a saber…, la cosa es que seguían pasando los minutos y el sol iba cayendo, y cayendo las ilusiones y ese equipo ganador, que practicaba un fútbol a esas alturas, de prolijidad, sin recurrir a ninguna deslealtad, sin foules arteros, solo se dedicó al buen trato de balón, se sentía cada vez mas inseguro y mas culpable de aquel gol, tratando de sospechar por donde venía el golpe por la espalda. Porque esos pibes sabían que venía, el rival los había acorralado y hacía como que estos no existían y en cada pelota parada le recordaban el gol traika que habían hecho, cometían foules a cada minuto y estos, abrumados por la culpa, ni reclamaban, se tiraban la pelota en la cara, por ahí hasta los escupían, se empujaban afuera de la cancha aún sabiendo que los ganadores ya no sabían como hacer para anular ese gol traicionero que habían hecho y que no midieron las consecuencias de tamaña deslealtad. Dicen que no hay peor castigo que el saber y asumir una traición…

La pelota seguía rodando y ya estaba oscuro el ambiente, no se encontraban ni para darse un pase al pie, de noche… se les estaba haciendo de noche… y como será la vida de tombolera que los del 1 - 0 arriba temblaban de miedo por saber que no dormirían bien luego de ese gol… un 1 - 0 que jamás fue triunfo, un 1 - 0 que fue una tortura en cada poro de las pieles transpiradas, un 1 - 0 que solo les calaba el alma a los culpables, ciñéndoles el embarrado filo del basureo en nombre de la culpa…

Hasta que vino ese minuto… penal mal cobrado, tan sorprendente como ingrato luego de soportar tanto sufrimiento de culpa aquel 1 - 0, y allá fue la rubia melena y sin miramientos y con muchas técnicas de engaño al arquero la depositó a la altura del pecho mas tirado a la izquierda que al medio… GOL

...Y ahí quedaron los del 1 - 0, tirados en el piso, a moco tendido, espantados de dolor, sabiendo que habían hecho todo para no maltratar al rival ni psicológica, ni deportiva, ni anímicamente… el dolor del empate, ese símbolo de manipulación llamado culpa los molía como a combazos en la espalda, sí, en la espalda… un símbolo inequívoco de la devolución… la vendetta…    

Empate…

Macabro… triste… desolador empate…

Y un tango se escuchó:

Buscaste el empate
te hizo feliz estar en parda.
Como de volea
y en cuatro ruedas
te fuiste con el favor,
y dejaste sin pantalón 
al que escribe este renglón...
Buscaste el empate 
te hizo feliz la parda
y no pateaste el penal afuera
por tener calculada el área...
Negando a los gritos
la mugre tras la puerta
ensuciando con vendetta 
el camino que se limpiaba...
Buscaste el empate 
te hizo feliz la parda,
la mueca soberbia
y el enrostre del título...
Buscaste el empate 
te hizo feliz la parda 
y no pateaste el penal afuera 
por tener calculada el área...".