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La masonería en la vida del General José de San Martín

Existe abundante documentación que indica que el Libertador participó activamente en varias logias de nuestro continente y Europa

16 de agosto, 2021 - 09:46

Por mucho tiempo se ha comentado que el General José de San Martín fue un activo miembro de la masonería desde principios del siglo XIX, junto a otros patriotas que llegaron a nuestro territorio con un plan libertario e independentista gestado desde Europa.

Aunque algunos historiadores católicos afirman, sin mucho fundamento, que el héroe de Chacabuco y Maipú era un ferviente cristiano y que por esa causa no era masón, existe una gran cantidad de documentos que confirman que el Libertador perteneció a varias logias masónicas y que también fue fundador de un par de ellas, y que inclusive después de radicarse en el viejo continente permaneció como afiliado hasta su fallecimiento en 1850.

 

Una sociedad secreta

La masonería es una sociedad secreta que se define como filantrópica, filosófica y simbólica. Además, no es ni política ni religiosa, pero sí iniciática, con la finalidad de impulsar el progreso moral e intelectual de las personas.

Se cree que los orígenes de esta asociación se dieron entre el siglo X y XI como gremio de constructores de catedrales, puentes y castillos en plena era feudal.

Los primeros indicios de la masonería se originaron en Escocia (Reino Unido) en donde se constituyó la primera logia operativa llamada Logia Madre de Kilwinnig Nº 0, que en 1595 obtuvo sus estatutos.

En el reino de Inglaterra, la masonería recién se constituirá como tal a partir del 24 de junio de 1717, cuando se reunieron cuatro logias para constituir la Gran Logia de Londres y Westmister; a diferencia de las escocesas, estas logias fueron denominadas "especulativas", hasta que en 1813 se creó la actual ‘Gran Logia Unida de Inglaterra’ luego de la fusión de varias logias.

A mediados del siglo XVIII, la masonería se extendió rápidamente y se estableció en Francia, en donde se fundaron varias logias.
En ese país las ideas de libertad, igualdad y fraternidad se propagaron con una velocidad extraordinaria, al punto que muchos de sus miembros fueron partícipes de un nuevo movimiento llamado ‘la ilustración’ y que llegó a las cortes europeas como el absolutismo ilustrado. Aunque algunos de estos masones iban en busca de un nuevo sistema de gobierno y en contra de las monarquías.

A pesar de que España tenía una monarquía absolutista y católica, varias logias se instalaron en ese reino e inclusive algunos de sus ministros pertenecieron a ellas.

En tanto, a fines del siglo XVIII se produjeron en el Río de la Plata las primeras instalaciones de logias que hicieron desconfiar a las autoridades coloniales de aquel entonces, promovidas por el portugués Juan Silva Cordeiro, quien junto a otros americanos formó la logia operativa ‘San Juan de Jerusalém’, la primera que se constituyó en Buenos Aires.

La rápida expansión de esta extraña institución por todo el continente europeo, hizo que la Iglesia católica reaccionara, y en 1738 el papa Clemente XII emitió una bula denominada ‘In Eminenti Apostolatus Specula’, por la cual se excomulgaba a todos los masones y promovía en los países católicos como España e Italia la persecución de éstos a través de la Santa Inquisición.

 

La logia de cádiz

Como todos sabemos, José de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, Corrientes, y luego de residir unos pocos años en esas tierras, partió junto a su familia hacia la península ibérica, en donde se radicó.

Después de un tiempo, siguió como su padre y sus tres hermanos varones la carrera de las armas e ingresó al ejército como cadete para luego obtener el grado de oficial, destacándose en varias campañas militares. Siendo segundo ayudante, se estableció en Cádiz desde 1802 hasta 1811.

Desde fines del siglo XVIII, en la ciudad gaetana las logias masónicas trabajaban intensamente pregonando las ideas liberales. En su mayoría eran españoles, pero también la integraban varios americanos con los mismos principios.

Fue por aquel tiempo que el capitán José de San Martín se inició en la logia ‘Integridad Nº 7’, cuyo presidente era el gobernador y general venezolano Francisco Solano. La misma poseía su carta constitutiva otorgada por la Logia Provincial de los Antiguos, y en 1804 figuraba con el Nº 7 en el llamado Gran Oriente Regional de Sevilla.

A mediados de 1808, San Martín se incorporó a otra logia, denominada ‘Caballeros Racionales N° 3’, y cuatro años después un grupo de americanos, entre los que se destacaba el alférez Carlos María de Alvear, partió hacia Londres para formar la Logia de los ‘Caballeros Racionales N° 7’, que luego se integraría a la Logia de Buenos Aires, que gravitó en la independencia de Sudamérica.

 

Masonería en Buenos Aires

Durante los primeros años de la revolución, funcionó en la capital del Río de la Plata una institución secreta denominada ‘Logia de Buenos Aires’, en la que participaban muchos patriotas.

En marzo de 1812 llegaron desde Londres, Reino Unido, varios miembros de la logia de los Caballeros Racionales Nº 7, entre ellos Carlos María de Alvear, José de San Martín, José Matías Zapiola, José Chilavert y otros americanos, quienes desembarcaron de la fragata británica George Canning para unirse a los de Buenos Aires.

Julián Álvarez organizó la denominada ‘Gran Logia de Buenos Aires’, que funcionó desde 1812 a 1815. Tras la caída en ese año del director Supremo y presidente de la logia, Carlos María de Alvear, se reconstituyó en una segunda logia, llamada ‘Ministerial’ y presidida por José de San Martín junto a Julián Álvarez, Juan Martín de Pueyrredón y otros patriotas. 

Uno de los principales objetivos era declarar la independencia de España y promover un gobierno constitucional. Entre otros planes estaba el de realizar la liberación de Chile y Perú, que entonces estaban en manos realistas. Cumplida esa misión, se disolvió en 1820. 
Se cree que el entonces coronel mayor José de San Martín fundó en Mendoza a fines de 1816 una logia llamada ‘Ejército de los Andes’, a la que se incorporó una gran cantidad de jefes y oficiales.

En 1817, luego de la liberación de Chile, se constituyó la ‘Logia Lautaro’ de ese país, formada por Bernardo O'Higgins, José de San Martín, Tomás Guido y Juan Gregorio de Las Heras, entre otros masones. Posteriormente, cuando las tropas patriotas liberaron Lima en 1821, el General San Martín reconoció la primera logia ‘Paz y Perfecta Unión N° 1’, la cual posee una interesante documentación que prueba la vinculación del Libertador en la masonería.

 

San Martín y la conexión escocesa

En 1824, José de San Martín y su hija partieron desde Buenos Aires con destino a Francia. Allí se le negó su entrada, por lo que inmediatamente viajó al Reino Unido, en donde fue recibido por su amigo, el escocés James Duff, conde de Fife, quien invitó al Libertador a visitar Escocia ese mismo año.

Al llegar a la ciudad de Banff, el Santo de la Espada fue nombrado ciudadano ilustre. En su estadía en ese lugar, el General y su amigo visitaron dos logias masónicas, llamadas ‘St. Andrew N° 52’ y ‘Saint John, Operative N° 92’, en las que fueron recibidos con todos los honores.

Cabe destacar que por aquel entonces, su amigo Duff era el gran maestre de la ‘Logia Provincial de Banff’, perteneciente a la ‘Gran Logia de Escocia’. 

Existe en aquella región una interesante documentación que vincula al Libertador con las logias escocesas.

 

Reconocido en las logias europeas

Después de residir varios meses en el Reino Unido, el General San Martín se trasladó a Bruselas (Bélgica) para establecerse definitivamente.

A los pocos meses, participó en la logia masónica ‘La Parfait Amitié’, donde recibió una condecoración especial emitida por esa sociedad, una medalla con su rostro, hecha por el masón y grabador belga Jean Henri Simon. Esta medalla –que existe actualmente- tiene diferentes datos masónicos, lo que brinda otra prueba de su afiliación a esa institución.

Al establecerse en Francia, fue miembro de la logia ‘Irvy’ y participó en varias logias más hasta su muerte. 

Se cree que, a pedido de San Martín, su yerno Mariano González Balcarce ocultó o destruyó una interesante documentación masónica que el Libertador poseía en su archivo, aunque algunos documentos sobrevivieron.

Parte del misterio quedó resuelto hace algunos años atrás cuando se encontró en los archivos de la KGB documentación de la ‘Gran Logia de Bélgica’, entre los que aparecieron escritos mencionando al máximo prócer en las referidas logias.
 

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