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Enrique Telémaco Susini: genio, soñador, pionero y visionario

Este médico otorrinolaringólogo, director de cine, locutor, músico, escritor, docente y empresario, que se destacó en las artes y las ciencias, formó parte de los llamados “locos de la azotea” que hace un siglo realizaron una proeza histórica

27 de agosto, 2020 - 09:53

 

Versátil, épico, incansable y con esa “locura” de los genios, Enrique Telémaco Susini fue, sin dudas, una de las grandes figuras del siglo XX, reconocido y recordado por ser el pionero de la radiodifusión Argentina, uno de “los locos de la azotea”. Ese gran hito fundacional, del que hoy se cumplen 100 años, es un momento trascendental de su prolífica vida.

Esta, creo, es una buena ocasión para resaltar, por sus sueños y sus logros, la figura de este hacedor, elogiado por Albert Einstein, que se destacó en rubros técnicos y artísticos en radio, cine, teatro, televisión y como médico, locutor, músico, guionista, docente y empresario.

Enrique Telémaco Susini nació en Gualeguay, Entre Ríos, el 31 de enero de 1891. Fue el mayor de 11 hijos del matrimonio entre el Dr. Telémaco Susini (discípulo de Luis Pasteur y de Robert Koch) y Enriqueta Laurencena. En su adolescencia estudió canto, violín, física y química en Europa. En Buenos Aires, a la edad de 22 años, recibió el diploma de doctor en medicina. Más tarde se especializó en otorrinolaringología. Falleció en Buenos Aires el 4 de julio de 1972, a los 81 años. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.

 

Sonidos en el aire

Un 27 de agosto de 1920, cerca de las nueve de la noche, desde el Teatro Coliseo de Buenos Aires, unas pocas personas que poseían receptores a galena, escucharon la voz del Dr. Enrique Telémaco Susini que decía: "Señoras y señores: la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner, Parsifal, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”.

Esta fue la primera transmisión de radio en la Argentina, de eso no hay dudas, aunque muchos sostienen que también fue la pionera del mundo. El mismo Susini en 1970, 50 años después de ese hecho histórico, reflexionó sobre la polémica: "Yo quiero reclamar para la ciudad y el país la absoluta seguridad de que la nuestra fue la primera transmisión de radio del mundo, tres meses antes que la tentativa estadounidense. La del ingeniero Marconi, a quien tanto admiré y a quien tuve el honor de conocer, fue una transmisión de otro orden, una hazaña técnica como las que él realizaba. Pero de radiodifusión, ésta fue la primera”. En conmemoración de ese día, cada 27 de agosto se celebra el Día de la Radiodifusión en la Argentina.

Así, los llamados “locos de la azotea”, Enrique Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero Carranza inauguraron la radiodifusión en nuestro país con la transmisión, desde la terraza del teatro Coliseo, de la ópera Parsifal de Wagner. Desde ese momento en que la radio se “prendió” para siempre, ya pasó un siglo.

 

¡Lumiton, cámara, acción!

A comienzos de la década del ‘30, los “locos” lo hacen de nuevo: comienzan a construir los estudios Lumiton en la localidad de Munro en Vicente López, provincia de Buenos Aires, que años más tarde se convirtieron en un ícono de la “edad de oro del cine Argentino”.

En 1933 Lumiton estrena "Los tres berretines", segunda película sonora de nuestro cine ya que “¡Tango!”, de Argentina Sono Film, fue la primera por unos días de diferencia. Este film, protagonizado por Luis Arata, Luisa Vehil y Luis Sandrini, fue dirigido por el propio Susini.

La película “La chismosa” de 1938, escrita y dirigida por Susini, protagonizada por Lola Membrives y José Olarra, recibió el primer premio internacional para el cine Argentino cuando se la distinguió en el Festival de Venecia. Otros de sus trabajos como director fueron “Ayer y hoy” (1934), “Finisce sempre cosí” (1939), protagonizada por el gran Vittorio De Sica, y “El embrujo” (1941), en la que además fue guionista y compositor musical.

Lumiton produjo más de 90 películas entre ellas verdaderos clásicos de nuestro cine como “Los martes orquídeas”, “El ángel desnudo”,  “La muchachada de a bordo”, “Yo quiero ser bataclana”, “Casamiento en Buenos Aires”, “Mujeres que trabajan”, “La vida es un tango” y “Los muchachos de antes no usaban gomina”.

 

La radio con imágenes

El 17 de octubre de 1951, “Día de la Lealtad Peronista”, se realizó la primera transmisión de televisión en la Argentina, con el discurso de Eva Perón. El pionero de este nuevo medio fue Don Jaime Yankelevich que contaba con el Dr. Susini, uno de sus principales asesores, como camarógrafo y primer director de cámaras de "LR3 Radio Belgrano Televisión".

 

En las tablas

En su actividad teatral y en espectáculos, Susini se destacó como director técnico del Teatro Colón de Buenos Aires, por sus trabajos en el Teatro Argentino de La Plata y por dirigir otros escenarios de Europa. Fue autor de más de setenta obras y en 1951 recibió el Premio Nacional de Cultura por “En un viejo patio porteño”. El 22 de marzo de 1957, tuvo a su cargo el espectáculo de la Fiesta de la Vendimia en nuestra provincia. Como novedad, utilizó una pantalla gigante para la proyección de imágenes.

 

Brillante empresario

A finales de la década del ’30, Susini y sus socios crearon Vía Radiar, un servicio internacional de radiotelegrafía entre Europa y América. Muchos años después, en 1961, fundó “Telpin”, empresa dedicada al servicio telefónico domiciliario en la ciudad balnearia de Pinamar. Esta compañía cooperativa sigue existiendo en la actualidad y ofrece servicios de TV IP, internet y telefonía. 

 

Médico y docente

Susini se recibió de médico a los 22 años. En Europa se especializó en otorrinolaringología e introdujo la temática de la foniatría en nuestro país. En el libro “Días de radio” (Ulanovsky, Tijman, Panno, Merkin), Alicia Arderius, viuda del pionero de la radio, contó: "Conocí a Susini en 1948 en el Conservatorio Nacional de Música. Él era profesor de foniatría y yo le tenía una gran admiración porque lo había escuchado en radio. Aprendí mucho de él. Como maestro era extraordinario aunque tenía muy poca paciencia: decía que para cantar bien había que ser inteligente y que, si no, debían dedicarse a otra cosa”.

En este mismo libro Alicia narra que “un día (Susini) le atendió a María Callas, que vino a cantar a Buenos Aires y se quedó afónica. Le curó enseguida pero le recomendó que se quedara muda por un mes, que bajara cuarenta kilos y que volviera a ejercitar la voz como si fuera una iniciada”.

Muchas otras proezas, emprendimientos y hazañas de este genio, seguramente, no han sido contadas aquí en detalle como, por ejemplo, que incursionó en la minería, en la investigación médica contra enfermedades, que trabajó en el Instituto Pasteur de París, etc. No tengo dudas que nos seguiremos sorprendiendo, como nos pasó ahora, con el maravilloso, interesante y rico camino recorrido y por el legado de este “loco de la azotea”.

Buscando en internet, encontré que pocos lugares o premios llevan el nombre de Enrique Telémaco Susini: una plazoleta en Caballito (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), una calle en su Gualeguay natal, la sala del Radio Club Punta Alta (Bahía Blanca), los Premios Susini de Argentores, entre algunos otros.

¿Y si le hacemos un monumento?

-***Fuentes consultadas: Libro “Días de radio” (Carlos Ulanovsky, Gabriela Alejandra Tijman, Juan José Panno, Marta Susana Merkin), Wikipedia, lumiton.com.ar, lamelesca.com.ar-