Gustavo Cordera tuvo su redención en Mendoza

Mucha agua pasó bajo el puente desde la última presentación de Gustavo Cordera en Mendoza, siete años atrás, hasta la de anoche.

 Pero no eran los años sin venir a la provincia lo que más expectativas generaba en la previa del recital, sino todo lo que pasó con el Pelado en estos últimos años. Desde sus lamentables y repudiables declaraciones en una universidad de Periodismo, todo se complicó en la por entonces ascendente carrera solista del exlíder de Bersuit Vergarabat.

Y justamente en nuestra provincia fue en la primera en la que decidieron suspender uno de sus espectáculos por el repudio popular.

Por eso, Gustavo Cordera tuvo que ‘guardarse’ por un buen tiempo, y en su peor momento creó Contra las cuerdas, su último disco (lanzado en 2018) en el que, a su manera, pide perdón y explica lo que sintió.

Ahora venía la parte más dificil en el proceso de reivindicación del Pelado, la de reencontrarse con el público, y eligió hacerlo a través de la gira Listo, con la que anoche llegó a N8 Show y Bar.

Y en un emotivo marco, Cordera y su banda, La Caravana Mágica, desplegó un espectáculo repleto de hits que comenzó, como solía suceder en los shows de La Bersuit, con El tiempo no para.

Con su carisma sobre el escenario intacto, el rockero se ganó nuevamente al público.

Las reversiones de himnos de Bersuit Vergarabat como Sencillamente, La calavera, Murguita del Sur, La bolsa y La soledad solapados con temas más bailables de La Caravana Mágica como Asalto de cumbia, La bomba loca o No es que sea viejo le dieron forma a un show muy ecléctico, con algunos invitados, en el que Gustavo Cordera también aprovechó para hablar de lo que pasó.

“Gracias por darme esta nueva oportunidad de cantar”, dijo en un momento del recital, claramente emocionado el artista.

“Se terminó el tiempo de la pelea, quiero reencontrarme con vos”, expresó el rockero que también habló de la ‘libertad de expresión”.

Después de dos horas de show que cerró con Mi soberano y Señor Cobranza, La Caravana Mágica se retiró del escenario con el público coreando: “Hay que saltar, hay que saltar, pa’ que el Pelado vuelva a cantar”... No quedaron dudas, Cordera tuvo su redención en Mendoza.