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COVID-19 y conmoción en Neuquén: murió esperando una cama UTI

La hija de una mujer explicó en los medios que en la localidad en la que se contagiaron, no hay unidades de terapia intensiva (UTI). El tratamiento que le aplicaron, no alcanzó y la paciente terminó falleciendo 

Por Redacción

03 de junio, 2021 - 08:17

La muerte de una mujer que falleció por coronavirus y esperando un respirador, conmueve a un pueblo de la provincia de Neuquén.

Susana del Carmen Valdebenito de 57 años fue la víctima fatal que se cobró el COVID-19.

Valdebenito era diabética aseguran sus familiares según explica en portal TN, el año pasado había dejado de trabajar, es decir desde que comenzó la pandemia.

Según los familiares de Susana, ella sabía que si se contagiaba el futuro iba tornarse muy complejo porque creía (asegura el citado medio) que en el hospital ‘Dra. Nancy Ferrari de Diby’ de Picún Leufú no iban a poder atenderla si generaba un cuadro grave, es decir que requiera de terapia intensiva.

El hospital ‘Dra. Nancy Ferrari de Diby’ de Picún Leufú

La mujer se cuidó por todos los medios posibles sin embargo, contrajo el virus el lunes 24 de mayo y el 29 de ese mes, comenzó a saturar muy bajo por lo que fue hasta la guardia del hospital para que la asistieran porque tenía muchísima tos.

En el nosocomio departamental le hicieron una placa y allí los especialistas se percataron de que Susana tenía los dos pulmones comprometidos y uno con líquido.

Según explicó Luján, la hija menor de la mujer, en hospital una de las médicas le dijo: “Mamita, ella necesita una cama con respirador urgente, yo ya la puse en la lista de espera, pero no hay”.

El desenlace de la historia fue el peor, la mujer murió tres días después un una camilla con oxígeno en la sala COVID del nosocomio Picún Leufú.

Valdebenito estaba a punto de cumplir 58 años de edad. Foto: gentileza

“Picún Leufú está colapsado, todo está colapsado en la provincia. Neuquén es la provincia más rica, que mueve al país pero no tenemos camas. Mi mamá murió esperando una cama”, dijo al nombrado medio porteño, la hija de Susana, que también se contagió de COVID-19 y se aisló junto a sus tres hermanos. Ninguno de pudo despedirse de su madre.

La joven de 23 años, explicó que cuando la familia recibió la novedad de que eran positivos de coronavirus, se aislaron inmediatamente. Una amiga de ella le prestó un saturómetro para que pudiera medir el oxígeno de su mamá, que era paciente de riesgo.

El 29 del pasado mes, la mujer empezó a experimentar serias dificultades para respirar y al ser chequeada clínicamente en el nosocomio del pueblo neuquino, le dijeron a su hija Luján que su madre necesitaba una cama de urgencia. “Me dijeron que mi mamá tenía que estar internada, pero que ellos iban a arrancar un tratamiento con lo que el hospital podía hacer. Un hospital que no tiene nada, que no tiene ningún tipo de complejidad”, explicó la joven.

El cuadro clínico de la mujer rápidamente se agravó y el oxígeno que Susana recibía con una cánula no era suficiente.

Su hija empezó una campaña para tratar de conseguirle una cama a su mamá. “Llamé a todos los medios, publiqué en todas mis redes, a ver si alguien podía hacer algo, pero mi mamita no aguantó y se fue”, contó su hija con la voz quebrada y detalló que la semana que viene, su madre iba a cumplir 58 años.

Ayer miércoles del Ministerio de Salud provincial, lanzó un comunicado de emergencia y advirtieron de la saturación que atraviesa el sistema de salud. Hay 57 personas en total que esperan, al igual que lo hacía Susana, que se desocupe una cama de terapia intensiva.