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Se hizo trenzas y no quiso pagar: esta fue la respuesta de la peluquería

El hecho ocurrió en Ezeiza, y fue compartido en TikTok. Aseguran que no era la primera vez que dicha clienta cometía el mismo truco

Por Redacción

15 de abril, 2024 - 20:13

Entra en la peluquería. Pide cierto tipo de trabajo. Al momento de pagar, dice que le hackearon la cuenta de Mercado Pago. Jura ir a buscar efectivo "acá a la vuelta". Pero luego desaparece. Ese es el modus operandi de una chica que quiso estafar a una peluquería de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, pero desde el negocio le hicieron pagar la trampa.

Una estilista que trabaja en un salón de belleza de esa localidad compartió en TikTok lo que pudo haber sido una trampa para irse sin pagar. Una clienta pidió que le hicieran unas trenzas "fulani braids", pero al terminar el trabajo no quiso pagar. Y la empleada tomó una drástica decisión: la dejaron pelada por completo.

La situación fue subida a dicha red social, y allí se explica con lujo de detalles el episodio. "Todo empezó cuando otra clienta, que estaba sentada al lado de esta chica, me dijo 'Tené cuidado, May, porque tiene la costumbre de ir a las estéticas, hacerse de todo, y luego se va sin pagar'. Entonces le dije que iba a terminar de hacerle las trenzas, y le iba a avisar para que la esperara afuera", contó la trabajadora.

"Ella llegó y se quedó afuera. Ahí me di cuenta de que me estaba haciendo la misma historia: que le habían hackeado la cuenta y que no tenía más plata. Me dijo 'Voy acá a la vuelta y busco el efectivo'. Pero no la dejé", dijo May, la peluquera en cuestión.

 

Luego de discutir con otra clienta más, que también conocía la forma de estafar que tenía la clienta, llamaron a efectivos policiales que se presentaron en la peluquería. Los efectivos hablaron con la chica, y le explicaron a la estilista que no contaba con dinero. "Ante esto, le dije que se sacara las trenzas y las dejara acá", contaba May.

Mientras se las estaba quitando de su cabeza, la estafadora dijo que si quería podía volver y hacérselas de vuelta. "Tomé la opción de cortárselas de raíz. Le saqué todo, porque no me pareció justo que jugara con mi trabajo, ni con el de ninguna colega. Llegamos a ese acuerdo: yo le quitaba las trenzas, y ella no iba detenida. Dijo que sí, ante los policías", explicó la estilista.

El problema para la clienta es que no va a poder hacerse las trenzas en ningún lado, por un largo tiempo. "Varios meses", dijo May, "porque con el poco pelo que le quedó no va a poder enganchar nada. Esto hace que uno empiece a desconfiar, y a pedir el dinero por adelantado, o que el cliente pague una seña antes de retirarse".