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Revelaron el rostro de la mujer más antigua de la historia

Los restos fósiles tiene 31 mil años de antigüedad. Gracias a modernas técnicas de reconstrucción con tomografías computarizadas, crearon una aproximación digitalizada del semblante de la mujer

Por Redacción

13 de octubre, 2022 - 09:57

En 1881, arqueólogos desenterraron el cráneo de un humano dentro de una cueva en Mladeč, un pueblo de República Checa.

En aquel entonces, los investigadores fecharon que el cráneo tenía unos 31.000 años y clasificaron al individuo como masculino. Pero estaban equivocados sobre el sexo de esta persona de la Edad de Piedra, según lo que  indica un nuevo estudio.

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Ahora, más de 140 años después, los investigadores han corregido ese error y revelaron que el llamado cráneo de Mladeč, pertenecía a una mujer de 17 años que vivió durante el Auriñaciense, parte del período Paleolítico superior (aproximadamente entre 43.000 y 26.000 años atrás).

El equipo publicó sus hallazgos como parte de un nuevo libro en línea llamado "El enfoque facial forense del cráneo Mladeč" y que detalla cómo los científicos reclasificaron el sexo de "uno de los Homo sapiens más antiguos encontrados en Europa".

"Cuando el cráneo se analizó individualmente, las características apuntaban a un hombre", dijo Cicero Moraes, uno de los coautores del libro.

"Pero cuando estudios posteriores compararon el cráneo, con otros encontrados en el sitio, la evidencia apuntaba a una mujer", destacó el especialista.

Utilizando la información recopilada de la excavación arqueológica del siglo XIX, así como las reconstrucciones faciales forenses realizadas por investigadores en la década de 1930 que fueron limitadas por la falta de tecnología, Moraes y los coautores del escrito utilizaron tomografías computarizadas (TC) para crear una aproximación digitalizada del cráneo, debido a que le faltaba la mandíbula.

Moraes buscó en los datos existentes de las mandíbulas humanas modernas para ayudar a llenar los espacios en blanco, de cómo podría haber sido este individuo.

“Tuvimos que reconstruir el cráneo y para eso usamos datos estadísticos de promedio y proyecciones extraídos de unas 200 tomografías computarizadas de humanos modernos y de excavaciones arqueológicas pertenecientes a diferentes grupos de población, incluidos europeos, africanos y asiáticos”, dijo Moraes. “Esto nos permitió proyectar regiones faltantes del rostro humano", aseguró.

Una vez que tuvieron una imagen digital completa del cráneo, el especialista usó una serie de “marcadores de grosor de tejido blando que se extendieron por todo el cráneo", dijo.

"Estos marcadores, en términos generales, indican los límites de la piel en algunas regiones de la cara. Aunque estas marcas provienen de datos estadísticos extraídos de individuos vivos, no cubren toda la cara y por ejemplo, no informan el tamaño de la nariz, boca y los ojos" detalló.

Para ayudar a complementar los datos, los investigadores "importaron tomografías computarizadas de sujetos vivos y deformaron los huesos y el tejido blando demuestras  para que coincidieran con la cara que se estaba aproximando", dijo.

"En el caso del fósil de Mladeč deformamos dos tomografías computarizadas, una de un hombre y otra de una mujer. Las dos convergieron en un resultado muy similar" agregó Moraes.

Hubo dos versiones de un mismo fósil: una sin pelo, con los ojos cerrados y con imágenes en escala de grises, y otra con pelo, con los ojos abiertos y en color.

Gracias a este trabajo se descubrió que la mujer tiene rasgos en común con grupos asiáticos y brasileños.