Un estudio asegura que uno de cada 10 argentinos sufrió estafas virtuales

No ocupan las primeras planas de los diarios, pero las estafas digitales existen: usuarios a los que les vaciaron su billetera electrónica, o que les hicieron una tarjeta melliza para hacer compras online, o incluso la Comisión Nacional de Valores, a la que le robaron miles de datos de sus clientes, están a la orden del día. Una encuesta elaborada recientemente indicó que el 11% de los argentinos sufrió algún tipo de estafa virtual, lo que representa una gran cantidad de gente a la que, en forma remota, les han robado su dinero.

El estudio fue elaborado por las consultoras WIN y Voices!, y demostró que este problema sigue empeorando, ya que los datos pertenecientes a la etapa prepandemia indican que los estafados con esta modalidad llegaban al 8%. Los expertos sostienen que, a nivel global, el monto facturado en 2021 por robos, estafas o fraudes con tarjeta de crédito fue de 33 mil millones de dólares, mientras que al año siguiente ya se contabilizaban 36 mil millones.

En un estudio alternativo, publicado por los responsables de Google Argentina a principios de este año, quedaba en evidencia que la búsqueda 'seguridad online' creció 20% durante el 2022, del mismo modo que 'seguridad de contraseña'. Más consultas se detectaron con el comando 'administración de contraseñas', el cual triplicó consultas. Desde la empresa admitieron que "todo esto refleja el interés de los argentinos por conocer, entender y acceder a las herramientas para protegerse, y adquirir mejores hábitos de seguridad digital".

Gabriel Zurdo, CEO de la empresa BTR Consulting, reconoció que "el 2023 es el año en el que el ciberdelito se consolida como una verdadera industria profesional". Las razones son varias, según expresa el referente. "Muchísimas personas se sumaron a partir de la pandemia a hacer trámites y transacciones digitales. Este fenómeno implicó sumar a muchísima gente al mundo de las transacciones online, muchas veces sin que tuvieran experiencia digital. Esta es la gente que se convierte en blancos muy expuestos a este tipo de delitos", expresó Zurdo.

Entre los motivos que explican el agravamiento hay varios. Por un lado, muchos desarrolladores y compañías que lanzan aplicaciones para hacer transacciones y que guardan información “sensible” no están al día con las mejores prácticas del software seguro. Según Zurdo, "una de cada cuarenta apps disponibles en los stores no supera el estándar mínimo de seguridad". 

Pero, por otra parte, las aplicaciones que sí lo cumplen suelen ser vulneradas porque el propio usuario no las “setea” en forma adecuada. En otras palabras, “aún hay demasiadas personas que ni siquiera le ponen un PIN a su smartphone. Y los datos registrados por las compañías de seguridad consultora muestran que el 61% de las personas recurre a una misma –y única– clave para entrar a las diferentes apps. “Si se roban esa contraseña, todas sus cuentas se verán comprometidas”, culmina Gabriel Zurdo.