Marcos Galperín dijo que la economía argentina tiene "SIDA, cáncer y obesidad"

"La economía argentina es como un deportista que supo ser el mejor del mundo, pero que hoy está obeso, es adicto a las drogas, tiene cáncer, SIDA, y es alcohólico". La frase polémica le pertenece a Marcos Galperin, nacido en una familia tradicional de nuestro país, dueña de un imperio del cuero.

Con la llegada de internet, el hombre hizo los movimientos típicos de un magnate tecnológico: comenzó en un garaje en 1999, y hoy es dueño de una empresa que tiene como capitalización unos 70.000 millones de dólares.

Mercado Libre es la segunda empresa más valiosa de las que cotizan en la Bolsa regional, solo detrás de Petrobras, el gigante petrolero de Brasil. Para Galperín, los años de caos económico fueron radicalizando sus posturas, y en 2019 se autopercibió como un demócrata de Bill Clinton. Ya en 2024, el hombre apoya a Milei, que es 'anarcocapitalista'.

"Milei tuvo un arranque impresionante", asegura el dueño del sitio de compra venta on line. Destaca el superávit financiero del primer trimestre, la inflación en descenso, y la confianza creciente de los mercados.

"Ahora le sacaron el alcohol y las drogas, pero eso también es difícil y doloroso", continúa comparando Galperin. "Para cambiar esto, hay que reformar un montón de cosas", asegura, con una gran cuota de esperanza en el futuro.

Su mirada sobre otras cuestiones responde también a su experiencia con la economía argentina. Marcos Galperin es fanático y tiene mucha confianza en las criptomonedas, las cuales pueden comprarse y venderse a través de Mercado Pago.

Es que "son una mejor reserva de valor que el dólar, el euro o el yen. Como vengo de Argentina, sé lo que sucede cuando tenés un déficit permanente: la moneda se devalúa", asegura, sin detenerse a pensar en los altibajos que sufren estas monedas virtuales.

Pero su desconfianza en el Estado es enorme. "En Europa no hay innovación, y eso es por el exceso de regulaciones", asegura el dueño de Mercado Libre, quien adora a Israel porque, según él, "demuestra el triunfo del capitalismo, cuando en Argentina todos discuten sobre el capitalismo, en lugar de probarlo". 

La agenda de pensamiento woke es algo que también lo preocupa. "Es un rasgo sobresaliente del último gobierno peronista de la Argentina, encasillado en el socialismo y las dictaduras: todo empieza con un hermoso discurso sobre la igualdad, y termina con un autoritarismo extremo y una pobreza que no se va más", asegura.

Donde Galperin se permite todo y sin pelos en la lengua es en la red social X: ahí mantiene cruces con figuras públicas y usuarios comunes por igual, se burla de sus críticos con memes, manda besitos, y cuestiona a sus detractores por tener acciones de Mercado Libre en sus propias carteras de inversiones. Judío no practicante, Galperin también vocifera su apoyo a Israel en su guerra en Gaza, y descarta la posibilidad de que sus opiniones terminen siendo un riesgo para su empresa.

Fuera de Argentina, dice Galperin, a nadie le importa lo que diga, e insiste en que, en realidad, tampoco es tan lapidario como dicen.