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La catástrofe aérea que reveló un secreto muy bien guardado

Varios años después del siniestro ocurrido en la montaña mendocina se revelaron detalles increíbles del caso

18 de marzo, 2024 - 10:34

Poco se conoce sobre un trágico accidente aéreo ocurrido en la zona de El Sosneado, en el sur de la provincia de Mendoza, cuando en mayo de 1960, un avión de la empresa Transamerican que se dirigía a Centroamérica se estrelló con nueve ocupantes a bordo, entre pasajeros y tripulación.

Años más tarde salió a la luz un secreto que estuvo guardado en la montaña durante mucho tiempo.

Un misterioso vuelo hacia Panamá

El martes 17 de mayo de 1960, desde el aeropuerto de Ezeiza en la provincia de Buenos Aires, despegó un avión carguero de la línea Transamerican con destino a Panamá, haciendo escala en Chile. A bordo se encontraban cinco pasajeros, cuatro tripulantes y, en las bodegas de la aeronave, se transportaban siete caballos de pura sangre y varias valijas.

Los motores del Curtiss C-46 se pusieron en marcha alrededor de las 11, despegando con una hora de retraso con respecto al plan de vuelo previsto. El avión sobrevoló los cielos de Junín (Buenos Aires) antes de emprender su viaje hacia el Oeste, atravesando la extensa pampa argentina.

Alrededor de las 14.30, el piloto estableció su último contacto radiofónico con la torre de San Rafael, en Mendoza, informando que, debido al retraso, no podría aterrizar en aquel lugar y que intentaría cruzar la cordillera de los Andes por el paso del Yeso una hora más tarde.

Avión Curtiss C-46 similar a la aeronave siniestrada en la montaña.

Esta sería la última comunicación del vuelo. La aeronave fue sacudida por una fuerte turbulencia que impidió su ascenso a unos 6.000 metros de altura. A pesar de los esfuerzos del piloto, el Curtiss descendió bruscamente y chocó contra un cerro.

Horas después, y sin noticias del avión, el operador de San Rafael alertó a las unidades de rescate de la IV Brigada Aérea, las que iniciaron de inmediato la búsqueda en un área extensa que abarcaba desde el Cristo Redentor hasta la región cordillerana de Neuquén. Sin embargo, ninguna señal del avión fue encontrada.

Los nombres de los nueve ocupantes del avión fueron dados a conocer poco después. Eran Sergio Etcheverry, Carlos Luján, Pedro Puccineri, Omar Silva y Raúl Díaz, junto con el piloto Pedro Lafuente, el copiloto Fermín Gómez, el navegante Oscar Carballo y el mecánico de abordo Domingo Vacarell.

Un inesperado descubrimiento

Después de agotar todas las posibilidades de encontrar el avión, en julio de 1961 se recibió información de que un puestero llamado Eduardo Gutiérrez había encontrado los restos del avión en la zona del cerro El Sosneado.

Este descubrimiento llevó a una expedición de rescate en noviembre de ese año.

Guiados por Gutiérrez, una comisión de rescate compuesta por gendarmes, policías provinciales y peritos de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación partió hacia El Sosneado. A pesar de las dificultades, lograron llegar al lugar donde yacían los restos del avión, aunque las malas condiciones climáticas impidieron el rescate de los cuerpos.

En marzo de 1962 se organizó otra expedición con el objetivo de recuperar los cuerpos y las pertenencias y estudiar las causas del accidente. Esta vez lograron encontrar los restos dispersos del avión, así como los cuerpos de los ocupantes y de los caballos que viajaban en la bodega. También se recuperaron pertenencias personales y documentos.

Los peritos aeronáuticos determinaron que la causa del accidente fue una turbulencia que arrastró al avión contra el cerro. El caso quedó cerrado, pero años después, nuevas revelaciones sorprendieron a todos.

Robo en la montaña

Unos años más tarde, en octubre de 1972, la Policía de San Rafael recibió una denuncia que señalaba que cinco puesteros habían hallado dinero en efectivo, joyas y monedas de oro en la montaña.

Inicialmente los agentes no le otorgaron mucha importancia a esta denuncia. Sin embargo, las sospechas se confirmaron cuando descubrieron que uno de los implicados había decorado una de las paredes de su casa con billetes estadounidenses.

Además, se verificó que estos individuos habían experimentado un rápido progreso económico, adquiriendo autos nuevos, establecimientos comerciales y equipamiento para sus fincas en un corto período de tiempo. Así se descubrió que estos personajes habían saqueado el avión siniestrado, llevándose consigo el botín.

Investigaciones adicionales revelaron un hecho sorprendente sobre el vuelo de Transamerican: la aeronave transportaba aproximadamente 500.000 dólares, además de joyas y monedas de oro en varias valijas que no fueron declaradas en la Aduana del aeropuerto. Esto confirmó el contrabando de esos valores.

Julio Guzmán, Raúl Rivero Rojas, Víctor Manuel Arteaga y Jaime Rojas, además de Gutiérrez, fueron arrestados y condenados por el robo.

Este trágico episodio, conocido como "el avión de los dólares", dejó una huella imborrable en la historia de la región, revelando tanto la tragedia como la codicia humana en medio de la desolación.