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La población del reino de Arabia Saudita apoya a Hamas

La humanidad se desangra en los ataques terroristas de Hamas, la toma de rehenes y los bombardeos de Israel en la Franja de Gaza. Pero el príncipe heredero de Arabia Saudita busca cambiar esa realidad

Por Redacción

18 de febrero, 2024 - 13:06

El ataque terrorista de Hamas a población civil israelí paralizó el avance del acercamiento estratégico entre dos potencias regionales como Arabia Saudita e Israel, que, si no por simpatía mutua sino por intereses de todo tipo estaban buscando mejorar las relaciones para asegurar un ambiente de paz para los buenos negocios.

Mientras el gobierno de Benjamín Netanyahu lidia a muerte con Hamas en territorio gazatí y enfrenta duras críticas por las secuelas sobre la población civil, también debe enfrentar una fuerte oposición interna por los fatales descuidos de las tropas israelíes con la población propia; desde Riad el gobierno saudí evalúa las conveniencias de reanudar las negociaciones para reconocerse mutuamente como estados.

 

Sabido es que en el mundo árabe dialogar con Israel es visto como una traición a la tradición y a la religión islámica, pero siempre hubo avances y retrocesos, a veces con consecuencias fatales, como los asesinatos de Anwar Sadat en Egipto y de Yitzak Rabin en Jerusalén.

La monarquía saudí no fue siempre solidaria con las necesidades y padecimiento de los palestinos, pero en los últimos días ha debido demostrar conmoción ante la tragedia de los civiles en Gaza hasta el punto de sumarse a las advertencias del mundo sobre el inminente ataque del ejército hebreo a la ciudad de Rafah, atiborrada de refugiados.

Una de las cusas que preocupa a Mohammed bin Salman, heredero, primer ministro y principal ejecutor de las políticas reales, es el aumento del apoyo de la población saudita a las acciones de Hamas en "defensa" de los intereses palestinos, y dado el apoyo que los terroristas reciben de Irán, no descartan un aumento de la influencia del principal rival regional de Arabia.

La secular pelea entre sunitas y chiítas del mundo musulmán no está ausente, sobre todo porque el príncipe saudita muy probablemente futuro rey, impulsa un porgrama de reformas que incluyen una apertura de la cerrada sociedad saudita. 

Los cambios implicarían, por ejemplo, una apertura de la sociedad, potenciar el papel de la mujer y diversificar los ingresos del petróleo a sectores como el turismo, la tecnología y las finanzas.

Habrá que ver la evolución interna del reino saudita con respecto a la culminación de la guerra en Gaza y las posibilidades de entendimiento con Israel y si se seguirá esgrimiendo el reconocimiento de un Estado Palestino como condición.