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Por qué nacen los prejuicios

Todos poseemos elementos mentales que condicionan o influyen sobre las ideas nuevas que generamos. Ahora, ¿cómo se producen? ¿Por qué los adoptamos?

Por Redacción

17 de febrero, 2021 - 07:42

Quizá alguna vez has observado la sociedad y te has dicho: “No entiendo cómo la gente puede tener prejuicios contra esto”. El origen de los prejuicios, es decir, qué proceso mental los origina, es objeto de gran interés para la psicología social.

En este artículo encontrarás una revisión de los enfoques que se le han dado a este tema. Si buscas información para entender mejor qué pasa por la mente cuando se genera un prejuicio, sigue leyendo.

 

Motivaciones asociadas al origen de los prejuicios

Esta corriente analiza los factores internos que llevan a una persona a adoptar un prejuicio. En particular, se postula que los prejuicios ayudan a reducir tensiones emocionales o satisfacer necesidades inconscientes. Dos ejemplos serían los siguientes:

  • Frustración: hay una relación estrecha entre el sentimiento de frustración y el comportamiento agresivo. Una agresión redirigida puede acabar señalando a alguien como chivo expiatorio, normalmente perteneciente a grupos minoritarios. ¿Por qué estos grupos? Un desagrado previo, seguridad de que no se van a poder defender o rasgos llamativos son algunas de las razones.
  • Deseo de superioridad: la teoría de la identidad social centra su atención en las comparaciones con los demás y piensa que en ellas reside buena parte de la visión positiva que tenemos de nosotros mismos. En el momento que se quiere enaltecer la visión de nuestro grupo, existe la tendencia a devaluar a los otros.

 

Enfoque sociocultural

Algunos psicólogos sociales afirman que los prejuicios son aprendidos. Un ejemplo sería el caso del racismo: según este enfoque, ya desde la infancia se inculcan valores de desprecio y exclusión hacia otras razas, prejuicio que se va desarrollando y asentando en la mente hasta la vida adulta.

Estudios que apoyan esto han descubierto que los prejuicios raciales entre padres e hijos coinciden de manera significativa. Pero no todo se queda en familia: los medios de comunicación de masas han sido acusados fuertemente a lo largo de los años por favorecer los prejuicios contra determinados grupos.

 

Factores de personalidad

Aunque los factores ambientales impulsen la creación y sostenibilidad de los prejuicios, las diferencias individuales en este campo son muy importantes. Por eso que existe otra corriente centrada en averiguar qué hace que algunas personas adopten o desarrollen prejuicios de manera más fácil.

Los datos más significativos al respecto asocian el origen de los prejuicios con las personalidades autoritarias. Las personas que daban este perfil en los tests solían venir también de familias autoritarias, donde la exigencia y las expectativas puestas en ellos eran grandes.

 

El enfoque cognitivo

Una vez vistos los enfoques anteriores, muchos psicólogos sociales quisieron ir a lo más básico en el origen de los prejuicios: los procesos cognitivos en sí. La perspectiva cognitiva sitúa este desencadenante en los estereotipos negativos. Cuando se atribuyen características peyorativas a un colectivo, las actitudes y comportamientos discriminatorios son mucho más abundantes.

Pero, ¿qué otros procesos hay? A continuación completamos la lista.

 

Categorización 

Este es un proceso muy básico y adaptativo de nuestra mente que consiste en agrupar elementos mentales por categorías. Por otro lado la acción de ‘colocar’ a una persona en una categoría mental sobredimensiona las diferencias entre ese grupo y el nuestro, lo que puede dar lugar a la formación de estereotipos.

Esto, a su vez, puede combinarse con el deseo de tener una identidad social. Cuando esto ocurre, en ocasiones la reafirmación pasa por despreciar o discriminar a los otros grupos.

 

Procesamiento selectivo de la información

¿Por qué los prejuicios y estereotipos no cambian cuando las personas se encuentran con casos que los niegan? Para responder a esto, los psicólogos sociales afirman que las personas no procesamos el mundo de forma objetiva, sino sesgada.

Es probable que prestemos más atención a los datos que confirman nuestras creencias, es decir, procesamos de forma selectiva. De hecho, podemos hablar de tres procesos psicológicos afectados por esto:

  • Atención: como dice arriba, las personas tendemos a ver lo que esperamos ver. Un efecto de esto es la correlación ilusoria.
  • Percepción: los estereotipos influyen en cómo percibimos los hechos de una manera sutil. Por ejemplo, en un caso de racismo puede interpretarse de manera más amenazante la actitud de la persona de la raza oprimida.
  • Memoria: se recuerda mejor la información que confirma los estereotipos y prejuicios.