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Los egoístas camuflados

El narcisismo suele hacer uso primero de la amabilidad y de la generosidad. Nos engañan para ganarse nuestra confianza, para poco después revelar su auténtico rostro

Por Redacción

03 de noviembre, 2021 - 08:00

El narcisista amable es más difícil de identificar. No le vemos venir y, de hecho, hasta damos por sentado que esa persona que acabamos de conocer es la más solícita, detallista y considerada del mundo. Sin embargo, poco a poco, se revela el otro rostro, esa cara oculta de la luna donde habita el egoísmo más sibilino y la personalidad más oscura.

En los últimos años se ha popularizado de manera notable el término “narcisista”. No obstante, pensemos que no todo es lo que parece y que no podemos usar esta etiqueta de la psicopatología de la personalidad de manera arbitraria. Narcisista no es quien se hace muchos selfies o busca acaparar siempre la atención.

El trastorno de la personalidad narcisista define un perfil emocionalmente abusivo que orienta su comportamiento hacia la manipulación. La falta de empatía, la grandiosidad, la incapacidad para establecer lazos sociales profundos y la búsqueda obsesiva de validación ajena son los rasgos que les definen. Ahora bien, lo cierto es que cada narcisista tiene una técnica propia para obtener lo que desea.

Hay quien evidencia una conducta más abiertamente maliciosa; otros, en cambio, son más sibilinos y se valen de la amabilidad para sacar beneficio. Lo analizamos.

 

¿Cómo es el narcisista amable?

El narcisista amable se disfraza de chico amable, de mujer encantadora y atenta. Se mueve con solvencia en muchos entornos y suele gozar de éxito social. Sin embargo, tras esa fachada se esconde el narcisista clásico de toda la vida. Solo cambian los modales y las técnicas y esto puede causarnos contradicción al inicio porque no los vemos llegar, ni levantan ningún tipo de sospecha.

Ahora bien, llegados a este punto, muchos pueden pensar que la tipología narcisista es amplia y que, por ello, es tan complicado reconocerlos. Esta idea no es del todo cierta. Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad Pittsburgh, Estados Unidos, destacan que no debemos pensar en tipos o subtipos de narcisistas, sino en un trastorno que entra dentro de un espectro.

Es decir, habrá personalidades más problemáticas y otras que se integran mucho mejor. Asimismo, cada uno recurre a unas estrategias propias, y tanto la amabilidad, como la conducta altruista, pueden formar parte de ellas.

 

Características que les definen

El narcisista amable es la pareja que, al principio, mueve cielo y tierra para agradar al otro, siempre es solícito y se deshace en atenciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, la situación da un giro de 180º.

De un día para otro, deja de mover un dedo por la pareja y solo importan las propias necesidades, esas que deben satisfacerse al momento. Es más, lo más complejo es que, de puertas para afuera, el narcisista seguirá siendo esa persona ejemplar que todos admiran.

Por su parte, este perfil de personalidad también surge en esas personas que se ocupan de familiares siempre que haya un beneficio claro (como por ejemplo, herencias). También es común verlo en entornos de trabajo. Define a esos compañeros de trabajo que siempre están dispuestos a ayudar, que parecen muy serviciales y que, en un momento dado, pueden ir en nuestra contra de múltiples maneras. Bien para adquirir notoriedad o lograr algún beneficio.

 

La amabilidad como señuelo

Los narcisistas no solo pueden ser amables, sino que, además, asumen que lo son en realidad. No caigamos en la idea de que la persona con un trastorno de la personalidad narcisista es hostil, amenazante, poco más que un tiburón al que vemos venir de lejos. Insistimos, no es fácil identificarlos al inicio porque –por término medio– son seductores.

Se conciben de este modo porque necesitan crear una buena narrativa interna sobre sí mismos. De hecho, si hay un tronco definitorio común es la baja autoestima. Eso hace que construyan una imagen artificiosa de sí mismos con la que sostenerse y autovalidarse. Asimismo, el narcisista amable sabe que al actuar de manera prosocial y altruista se gana la confianza de cualquiera.

 

El narcisista discreto y generoso es igual de peligroso que cualquier otro

Hay narcisistas que son lobos con piel de lobo y narcisistas que son lobos con piel de cordero. Los primeros son grandiosos, ruidosos y acaparadores. También extrovertidos, carismáticos, atrayentes y logran ser el centro de atención en cualquier circunstancia. Luego pueden evidenciar otro tipo de comportamiento, como el que define al narcisista amable, pero discreto y menos llamativo que los primeros.
Esa es su gran baza, su gran gancho, lo que les permite, por ejemplo, ser hábiles a la hora de realizar conquistas afectivas y de escalar posiciones en entornos laborales.

Fuente: La mente es maravillosa.